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Narra Pablo.

Después de que mi madre hablara con la madre de Dylan, tuve que hacer una maleta.

—¿Está todo bien?— Me pregunto, desde el marco de la puerta, de mi habitación.

—Si, bueno— Me senté sobre mi cama y solté un fuerte suspiro. —Es que esto es extraño, no pensé que fuera a salir de viaje, así tan dé repente— Recargue mi frente contra mis manos.

—¿No quieres ir?— Entró en la habitación y tomó asiento a lado mío. —Puedo decirle a mi madre y se cancela, no quiero que te sientas presionado— Recargo su cabeza, sobre mi hombro y yo recargue la mía, con la suya.

—No es eso, no quiero dejarla sola, ella me trajo aquí y yo me voy a ir— Tomo mi mano y sentí como su paz me tranquilizo, recorriéndome todo el cuerpo.

—¿Puedo pasar?— No escuche sus pasos, ni el momento en que subió. Le asentimos y ella entró. —No quiero sonar grosera, pero me gustaría hablar con mi hijo— Dylan entendió y salió de la habitación.

—¿Está todo bien?— Pregunté dudoso.

—Si, quería preguntarte algo— Se sentó donde momentos antes estuvo Dylan. —¿Estás seguro de ir de viaje?— Tomó mis manos y esperó pacientemente mi respuesta.

—Me gustaría ir, pero, no quiero dejarte sola— Me miró y sonrió, parecía feliz.

—Sabía que me dirías algo así, es por eso que subí, no me estas dejando sola, estás disfrutando de las oportunidades de sentirte mejor—

Sus brazos me rodearon, melancólicos y es que a pesar de todas las situaciones que han pasado, aún estoy sanando.

—Solo será una semana, no hay de qué preocuparse— Me estrechó con más euforia, contagiándome con toda su emoción.

—No puedo creer la suerte que puedes tener— Beso mi frente y salió de la habitación, dejando entrar a Dylan nuevamente.

Terminé de hacer la maleta, con ayuda de Dylan, él fue quien terminó haciéndola ya que yo nunca había ido a un lugar como la playa.

Al bajar, pensé que sería para despedirlo y verme con él, el día de mañana, pero no fue así, detrás de mí venía Dylan cargando mi maleta, al parecer me iría con ellos desde ese momento. Me despedí de mi madre y subí al auto con ellos.

El viaje fue rápido, no sabía qué era lo que estaba pasando a ciencia cierta, era algo tan espontáneo que no lograba entenderlo por completo, sentía emoción, pero también tenía la sensación de miedo, estaba temeroso de esta nueva experiencia.

Llegamos a la habitación de Dylan y era momento de que él hiciera su maleta.

—¿Es común este tipo de viajes espontáneos para ti?— Le pregunté.

—En realidad no, creo que mi madre quiere que vayamos a donde conoció a mi padre— Al mencionar a su padre, pude ver un cierto brillo, que no había visto antes. —Si, es que hoy hablamos de él— Estaba emocionado, podía sentirlo.

—¿De verdad?— Le pregunte y escuche todo lo que sucedió en su día, era como ver a un niño pequeño contándote un sueño, creo que era su niño interno, cumpliendo una meta, después de tanto tiempo.

Mientras él seleccionaba su ropa y guardaba todo lo que pudiera necesitar, comencé a ver su habitación con más detenimiento, las figuras de acción que tenía como colección, aunque algunas tenían marcas de uso, supuse que eran sus juguetes de pequeño.

También encontré un bloc de dibujos, sin que se diera cuenta comencé a hojearlo, eran bocetos de paisajes, figuras y algún que otro personaje, hasta que encontré un dibujo mío, el día de la feria.

Besos En Mis Cicatrices.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora