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Narra Pablo.

Los días continuaron pasando, Dylan no se alejó, incluso se acercó más a mi, me ayudó a retomar el control de las dinámicas escolares. Ahora mismo me encontraba en su casa.

—¿Puedo preguntarte algo?— Dejó caer la pluma sobre su cuaderno, con una expresión de cansancio.

—Si tiene que ver con más cálculos, no gracias, siento que mi cabeza está por explotar— Me hice hacia atrás, esperando su pregunta.

—¿Por qué te ausentaste por tanto tiempo?— Desvié la mirada, esperando entendiera que no quería hablar sobre ello, que no estaba listo para hacerlo. —Sé que es un tema complicado, probablemente, es solo que me gustaría ayudarte a que estés bien y solo tengo curiosidad, lo siento— Retomó su libro y aparentó volver a leerlo.

—Mi padre abusó de mí— Sentí su apoyo, después de estas semanas, he logrado crear un vínculo de confianza con él.

—Oh— Se acercó a mí y me abrazó por los hombros. —Lo siento mucho, no tuve que haber preguntado—

—Está todo bien, necesitaba decirle a alguien lo que pasó, aparte de mi psicólogo y mi madre, eres el único que lo sabe— Recosté mi cabeza sobre su hombro.

—¿Es por eso que, lo de la otra vez, lo detuviste?— Lo había olvidado, han pasado tantas cosas, llenas de estudio, que olvide cuando toco a mi puerta.

—Si, no me sentía seguro, aparte de que eras un extraño y no te conocía de nada— Me reí, aunque no tuviera gracia.

—¿Es por eso que entraste a mediados?— Asentí. —¿Vivías en la ciudad?—

—Del otro lado, tuve que irme por mi seguridad— Me acerco con más fuerza a su cuerpo y sentí su calor, recorrer mi cuerpo, reconfortándome.

—Debió haber sido algo muy difícil para ti— Asentí, nuevamente.

—Deje a todos, aunque nadie volvió a buscarme, después de haber desaparecido, tal vez no era tan importante para ellos— Y aunque era verdad, estaba pensando principalmente en Carlos y en la manera en que se fue.

—Ellos se lo pierden, tu eres increíble y si ellos no se dieron cuenta de eso, están ciegos— Me tomo por las mejillas con una sola mano, y me acerco a su rostro, estaba tan cerca de él, pero no me beso, solo se rio y de una manera nerviosa, me soltó.

—Gracias, ¿Tu estas bien?— Me acomode, tomando un poco de distancia.

—¿A qué te refieres?— Se alejó, y volvió a estar frente a mi.

—Karen— Se quedó estático por un momento, mirando el suelo, donde estábamos sentados.

—Si, ya pasó mucho tiempo desde eso, estoy bien, tengo los ojos puestos sobre otra persona, pero eso es un secreto— Me sonrió y por un momento me sentí, solo de nuevo.

—Eso es increíble— Le sonreí de vuelta. —¿Se puede saber quién es?— Había algo dentro de mí que quería escuchar mi nombre, pero aun no sabia que era lo que pasaba entre nosotros.

—No, pero se puede saber que es alguien de la escuela— Se rió de una manera tonta, aunque solo él entendiera el chiste. —¿Y si volvemos a los cálculos, el examen será muy complicado y necesito seguir estudiando?— Asentí y retomamos los cuadernos.

Las horas pasaron, terminamos todos los trabajos que teníamos pendientes, para las evaluaciones, sentía que mi cabeza dolía, por cada nuevo conocimiento adquirido.

—Debo irme a mi casa, mi madre ya está preguntando por la hora en que llegó— Apague mi teléfono, después de ver los mensajes pendientes de mi madre. Para después comenzar a guardar mis cosas.

Besos En Mis Cicatrices.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora