Narra Pablo.
Los días de espera terminaron, Dylan había recibido su carta de aceptación a la Universidad, mientras que yo seguía en espera.
Esta tarde, era la ceremonia de graduación, después de eso, la fiesta organizada por nosotros, los de último año. El ambiente se sentía acelerado, mi madre anunciando a Mario de el evento, mientras terminaba de alistarse y avisaba a su trabajo.
—¡Mamá, cálmate!— Me miró, pareció que su mundo se detuvo y se acercó a mi.
—Es solo que todo debe salir bien, es un gran paso para ti— Parecía que quería llorar, aunque logró contenerlo.
—Lo sé, también estoy algo nervioso, pero todo estará bien— La abracé y después de tragarme los nervios, terminé por arreglarme.
Era hora de irnos, Mario pasó por nosotros en su auto, y después de un breve camino de menos de diez minutos, llegamos a la institución, estaba llena de decoración, globos con los colores emblemáticos de la misma escuela. Los profesores llevaban el uniforme de la escuela, al igual que el director.
—Solo es un papel, ¿Por qué hacen tanto?— Entre la gente, pude escuchar a Aimé, quejarse de la celebración. Y es que, ¿Cómo no hacerlo?, Nadie estaba junto con ella, sus amigas estaban con sus padre o invitados, mientras ella estaba sola.
—Que bien te ves en ese uniforme— Dylan se acercó a mí, aunque por un momento no pensé que fuera él, su cabello despeinado, estaba perfectamente acomodado, parecía otra persona. —¿Te gusta?, Es mi nuevo peinado— Se notaba que no se sentía cómodo así peinado.
—Eres guapo de todas las maneras— Introduje mi mano entre su cabello y con sutileza, lo despeine, ganándome un gracias no hablado de su parte. —Así te ves mucho mejor— Sentí la mirada de su madre, sobre mí, negando mi acción, burlona.
La ceremonia estaba por concluir, era mi turno de pasar, me levanté del asiento que me correspondía para recibir mis documentos, los cuales validaron mi transcurso en esta institución y entonces lo vi, pensé que era una alucinación, estaba de pie, entre toda la gente, tratando de llamar mi atención. Lo ignore, estreche las manos de los profesores y continúe a mi sitio de nuevo. Pretendiendo que no lo había visto.
—Debemos irnos, ya terminó— La gente que venía conmigo, me rodeaba, mi madre, Mario, incluso los Fuentes se quedaron a esperarme.
—Si, solo necesito aire— Me miraban extraño, estaba en medio de un patio que solo tenía un domo encima.
—¿Estás bien?— Dylan se acercó cada vez más, pasando por enfrente de los adultos.
—Lo vi— Trataba de regular mi respiración, con forme me instruyeron en terapia, para no tener un ataque de pánico.
—¿A quién viste?— Inhalaba y exhalaba.
—A mi padre— Sentí la mirada de todos sorprenderse, Mario miraba asustado a mi mamá, tanto Dylan como su mamá me miraban preocupados.
—Pablo— Su voz resonaba entre todos, tome postura, me sentí orgulloso de no estar solo y lo confronté.
—¿Qué haces aquí?— Me puse de pie, frente a él, aprecia mareado, probablemente, había tomado.
—Esto llegó a mi casa— Saco una bolsa, llena de papeles rotos, en distintos pedazos. —Es una carta de una Universidad, ¿De verdad crees que tienes futuro?— Sonó sarcástico. —Eres un mariconcito, no vales, ni sirves para nada, solo llevas contigo enfermedades— Sus palabras me dolían, veía como a los demás, los incomodaba, incluso sentí que Dylan quería salir a defenderme, pero no lo deje.
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Besos En Mis Cicatrices.
Teen FictionEres alguien que sigue dentro de mí, lastimando cada parte de mi interior. A veces pienso que olvidaste que yo también soy una persona, que mi corazón late igual al tuyo. Y es gracioso, porque tu junto con ella fueron quienes formaron este corazón...