Capítulo 1

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Eda se encontraba en su trabajo, específicamente en una oficina, como de costumbre atendiendo las peticiones de su jefe Burak, encargado de dirigir una empresa de textiles bastante famosa en Estambul.

– ¿Qué dices Edacım? –Mahmut era un compañero de trabajo de Eda, bastante molesto para considerarse compañero– Mi departamento es muy grande, podrías venirte conmigo y dejar de buscar otro lugar.

– Por última vez Mahmut, quiero un espacio suficiente para mí –Eda ya estaba cansada de la insistencia de ese...de ese horrible ser.

– Mira, qué casualidad, en mi habitación hay un espacio disponible –Eda rodó los ojos– ¿Segura que no quieres venir a vivir conmigo?

– Sí Mahmut, estoy segura, además quiero vivir sola.

– Como quieras güzelim, mi oferta seguirá en pie si no logras encontrar un lugar.

El molesto Mahmut se creía más apuesto de lo que realmente era, solía ir a molestar a Eda todo el tiempo que pudiera a lo largo del día y no era de extrañarse, él sólo se encargaba de llevar café a las oficinas del gran jefe, el jefe y sus socios y en todo caso a las asistentes.

– Eda hanım? –la voz del jefe Burak se hizo presente a las espaldas de Eda, salvándola del interminable momento incómodo con Mahmut– ¿Ha terminado el informe que le pedí esta mañana?

Mahmut huyó de la escena como cucaracha fumigada mientras Eda buscaba una explicación coherente para decirle al jefe que no tenía ese informe.

– Es que... –comenzó poniendo cara de haber sido atrapada en medio de una travesura– Le juro que yo estaba trabajando pero...

– ¿Pero... –el jefe Burak estaba tan acostumbrado a las excusas de Eda y aunque siempre le hacía la misma pregunta le dedicaba tiempo y la escuchaba pacientemente como si de una niña pequeña se tratase.

– ¿Conoce a Mahmut, no? –el jefe asintió– Creo que sería mejor despedirlo ¿Sabe?

– ¿Usted cree, Eda hanım? –Eda movía la cabeza positivamente en respuesta a la pregunta del jefe– No me diga – el hombre fingió interés– ¿Y por qué? Cuénteme.

Eda comenzó con un enredijo de palabras en las que prácticamente acusaba a Mahmut como el culpable de que nunca terminara sus tareas en la oficina, explicó que siempre que comenzaba a trabajar el susodicho llegaba a su lugar de trabajo a parlotear sobre cualquier cosa y eso no la dejaba concentrarse.

– ...y justo ahora acaba de irse luego de casi dos horas molestando y...

– ¡Está bien! –la interrumpió su jefe– He entendido Eda hanım, no puede trabajar porque el chico del café siempre la molesta ¿No?

– Aynen öyle.

– Retírese a casa Eda hanım, trabaje desde ahí –el jefe no tuvo que decirlo dos veces, Eda tomó su bolso y su abrigo con todos sus documentos en mano lista para irse– Quiero ese informe en mi escritorio mañana temprano ¿Entendido?

– Sí señor, muchas gracias señor – Eda salió corriendo del lugar antes de toparse con el fastidioso de Mahmut, casi.

– ¿A dónde vas canım? –El corpulento físico de Mahmut fue suficiente para bloquearle el paso.

– Çekilir mısın? –Mahmut no se inmutó ni un poco, Eda comenzaba a frustrarse– Uff Mahmut, déjame pasar, tengo que irme rápido.

– ¿Por qué te vas? –insistió haciendo un puchero, que más bien parecía una mueca, con la boca.

– Necesito ir a recojer algo, órdenes del jefe –respondió Eda seriamente rogando que se lo creyera y la dejara marchar– Con tu permiso –lo empujó al ver que Mahmut no tenía intención alguna de moverse.

Una Noche | EdSerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora