Capítulo 14

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Pov Serkan

Despierto con un ruido fuerte por la mañana, puedo escuchar las garras de Sirius arañando el piso de la casa, la sala debe estar hecha un desastre.

Me he acostumbrado, sin embargo, cada mes al menos una o dos veces tiene un día de locura excesiva, salta por todas partes y suele destrozar cualquier cosa a su alcance.

Será mejor que esconda los zapatos en el closet antes de que sea demasiado tarde.

- Oğlum? ¿Qué estás haciendo? -lo llamo en camino a la sala.

El ruido cesó, estoy seguro de que ha hecho algo, con esa sospecha en mente aprieto el paso para llegar más rápido.

Efectivamente, hizo algo.

No solo una cosa.

Tal como lo pensé las almohadas están en el piso, la percha recargada contra la pared, sus juguetes regados por la sala, y...

Mi vista se congela justo entre los sofás y podría jurar que se me detuvo el corazón.

El tazón de Eda.

Está hecho pedazos bajo la mesita de centro.

- No, no, no, no es posible.

Trato de pegar las piezas de cerámica en un intento inútil por repararlo.

Sirius se acerca curioso a ver mi tarea, ajeno a lo que ha hecho.

- Hijo, ahora no -lo aparto suavemente y no vuelve a acercarse.

Con todas las piezas reunidas en las manos camino hasta la barra y corro a la habitación del fondo por la caja de herramientas.

Hay cosas de mamá aquí pero ni eso me distrae de mi búsqueda, estoy sudando frío y me ha entrado un miedo horrible. Encuentro la caja debajo de la gran cama y vuelvo a la velocidad del rayo a la cocina.

Con el pegamento uno las piezas más grandes y sigo con las pequeñas. Lógicamente hay partes vacías al armarlo, podría llevarlo con el hermano İbrahim para que lo reconstruya...

Llaman a la puerta tres veces y lo que quedaba del tazón cae de mis manos.

Pov Eda

Nerviosa toco a la puerta de Serkan a estas horas de la mañana, no lo haría si no fuera una emergencia pero hoy veré a mi tía a la hora del almuerzo y me ha pedido que le devuelva su amado tazón.

Esta mañana nada más recordar dónde había dejado el dichoso tazón me levanté como un resorte de la cama.

Escucho algo caer e imagino que el pequeño Sirius debe estar jugando. Eso o Serkan debe estar lavando platos. Qué inoportuna, habrá roto algo por mi culpa.

Me lamento internamente recordando preguntar por su plato más tarde, insisto en la puerta porque me urge recuperar el tazón. Al abrir la puerta Serkan asoma la cabeza, tiene una cara sonriente, pero muy roja.

- Bueno días -me dice amablemente.

- Günaydın?

- ¿Qué te trae por aquí, Edacım?

- ¿Qué quieres decir con Edacım? -niega con la cabeza y sonríe todavía más- ¿Serkan? ¿Estás bien?

- Evet ¿Y tú?

- No muy bien, hoy me veré con mi tía y tengo que regresarle su tazón -señalo el piso y agrego- Por eso estoy aquí.

- ¿En serio? -el color se le va de la cara.

- Hablo muy en serio ¿Te molestaría si paso a por él?

No espero respuesta y lo aparto para entrar, después de admirar su cara al despertar hace poco extrañamente me siento muy confianzuda.

Una Noche | EdSerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora