Capítulo 10

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Ve... El momento más esperado llegó.
Gracias por la paciencia a tod@s.
Disfruten y voten, voten, voten, voten voteeeen♡

Nota para quienes leyeron el one shot: Sé que hay cambios, unos pequeñitos, lütfen no me odien.

Pov Serkan

Asustar a la gente será mi nueva tarea, creo que le robé el trabajo a Esma hanım. Apago el motor y bajo rápidamente del coche.

– Hanımefendi! –la lluvia me empapa en menos de un segundo y las gotas se sienten como pequeñas rocas sobre mi piel– ¿Está bien?

Me acerco a la mujer en el piso. Con grandes zancadas y con cuidado de no resbalar llego a su lado, solo para encontrarla tratando de levantarse y cayendo de nuevo. Suelta un gemido de dolor que sonó más como un gruñido. Cuando me agacho a su altura me levanta una mano.

– No se acerque más –susurra con la vista en sus piernas.

– Lo lamento señorita, no era mi intención asustarla –digo apenado, sin acercarme como ella pidió– Pero la he visto sola a esta hora, con esta lluvia y no pude evitar preocuparme ¿Está bien?

– Lo estoy pero –señala sus piernas con un gesto de su cabeza llamando mi atención– Creo que me he lastimado.

Toco su rodilla pidiendo su permiso primero.

– ¿Duele?

– No.

Toco su espinilla

– ¿Duele? –niega con un pequeño temblor pero cuando toco su tobillo suelta un chillido y aprieta los ojos.

– Podría llevarla a un hospital ¿O quiere que la lleve a su casa –pregunto apartando mi mano de su pierna – ¿Dónde vive señorita?

– En la calle Işık –susurra frotando su tobillo.

– ¿La calle Işık?

– Evet.

– ¿Qué le parece si la llevo a ver a un médico primero? –ante su mirada de desconfianza agrego– Prometo llevarla a su casa luego de eso.

La veo pensar alrededor de cinco segundos para asentir con una sonrisa tímida.

¿Eso es...?

¡Está sonrojada!

Y con tan vergonzosa situación ¿Cómo no estarlo?

– ¿Puede levantarse señorita? –su rostro refleja un ¿Es en serio?– Creo que no.

Le ofrezco mi mano para ayudarla a ponerse de pie.

– Puede sostenerse de mí.

Inmediatamente aferra su mano en mi hombro mientras caminamos hacia el taxi. La lluvia nos moja como una cascada pero hace mucho que dejó de importar.

Su bonito vestido amarillo está hecho un desastre, hay vestigios de lodo en él. Y no se diga su abrigo.

Estaría a salvo de no ser por mí. Me siento mal por haberla hecho caer, lastimarse y ensuciar su ropa. La dejo sentada en los asientos traseros para que extienda su pie y enciendo el auto inmediatamente.
Tal como sospeché, con las lluvias los apagones son una probabilidad enorme. Cuando la calle en la que estamos se queda sin energía me alegro de haber pasado por ahí.

El camino al hospital más cercano es silencioso. Por el espejo retrovisor puedo ver a la chica frotando su tobillo constantemente. Me pilla mirándola y vuelve su atención a su dolor.

Una Noche | EdSerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora