Capítulo 18

516 41 6
                                    

Otro capítulo kızlar, estoy ausente pero no me olvido de escribir, si hay alguna falta ortográfica me disculpo desde ya, espero que lo disfruten♡
~~~~~~~~~~~~




Pov Eda

Ver a Serkan y a los niños tan felices remueve algo dentro de mi estómago.

El incidente de hace un rato quedó olvidado, casi suelto un grito cuando se arrodilló a mi lado para ponerme pomada en las manos con tanta delicadeza. Lo que más me ha alterado las neuronas es que, aunque supongo que fue inconsciente, tuvo el descaro (gracias al cielo) de besarme la mejilla.

En ese momento agradecí a mis adentros que estuviera distraído con mis manos porque no se dió cuenta de que incluso me sonrojé como nunca, me dió calor tenerlo tan cerca de mí.

Me preguntó qué pasaría si me cayera por accidente...

– Eda abla -me pincha la mejilla la niña en mis brazos devolviéndome a la realidad- ¿Por qué estás tan rojita? ¿Tienes calor?

Serkan voltea a verme preocupado y yo sonrío como si me hubieran pillado en medio de una travesura.

– No es nada -respondo tranquilamente- ¿Ya le han dado galletas a la hermana Melo?

– Es verdad, ni uno de ustedes me ha ofrecido ni un poquito -exagera mi amiga y todos los niños corren a darle galletas.

Me abanico la cara con Serkan viniendo en mi dirección.
Qué suerte que aún no inventan tecnología para escuchar los pensamientos.

– ¿Estás bien? -pregunta flexionando los brazos.

– ¿Y tú? -contraataco en un intento de desviar su atención.

– Lo estaré -asegura- Ha valido la pena haber usado mi día de descanso en algo así.

Ay, no puedo morir más de amor por este hombre.

– ¿Te ha gustado el lugar? -le pregunto con ilusión.

– No solo el lugar -y mueve las cejas de forma graciosa. Me cubro la cara de vergüenza por estar buscando más significados a su respuesta- Mete me ha caído muy bien.

– Y tú a él, suele abrazar a todas las personas que le agradan.

– Ojalá hubiera más personas como Mete -susurra pero logro escucharlo.

– ¿Eh?

– ¿Qué?

– ¿Qué has dicho hace un momento?

– ¿Yo?

– Sí, tú -me acerco lentamente- dijiste algo.

– ¿Segura que no fue un mosquito?

– Pero si no hay nada descubierto aquí.

Ups. Mala elección de palabras Eda Yıldız. Lo sé cuando mi vista se desvía a sus brazos y la suya a mis tobillos que la falda del vestido no pudo ocultar.

– Eso no fue lo que quise decir -arreglo rápidamente- lo que quise decir es que...

– ¿Qué cosa? -pregunta y acerca su cara peligrosamente a la mía.

– La... las puertas y ventanas, no hay abiertas.

– Eso creí.

Allah ¿comenzó a hacer calor de nuevo?

– Hermana Eda saqué una buena nota en la escuela -me presume Cemile sonriente.

– Y yo aprendí a atar mis cordones -llega Cengiz con su sonrisa incompleta. Ha perdido dos dientes de leche.

Una Noche | EdSerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora