Especial: Mitsuya

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Mitsuya no sabia con certeza el momento exacto en que se enamoro de Hakkai.

Quizás fue cuando eran apenas unos niños de 10 años y este lo detuvo de matar a ese niño en pleno parque.

O tal vez cuando tenían 12 y Hakkai tenía a Luna en sus brazos y a Mana en su pierna mientras le cantaban feliz cumpleaños con panqueques hechos por ellos.

O fue cuando tenían 14 y pasaron su primera noche juntos en el techo de la casa Mitsuya, observando las estrellas mientras hablaban de trivialidades de adolescentes jóvenes.

La verdad, es que Hakkai siempre fue el lugar seguro del pelimorado, con el podía actuar como un niño y no como una figura paterna como lo hacía con sus hermanas y demás amigos.

Con Hakkai se podía permitir ser el mismo, podía llorar, reír, hacer berrinches y el azulado siempre lo protegería.

Había recién cumplido los 14 cuando pasó por su cabeza darse autoplacer, escuchaba constantemente a Kazutora hablar y bromear sobre el tema, así sabía perfectamente que hacer.

Procuro estar solo en su casa, ese día sus hermanas habían ido con su mamá a visitar a su abuela, así que tenia el espacio para el sólo.

Por su mente pasaron miles de escenarios diferentes, con un montón de chicas que su imaginación produjo, pero nada. No hubo ni una reacción, ni suya ni de la mitsuconda, no tuvo más remedio que hecharse a dormir por la frustración.

Recuerda perfectamente aquel sueño, era demasiado real como para ser un sueño, claramente seguía en su cuarto.

Pero la diferencia es que tenía a Hakkai al lado suyo, viéndolo directamente a los ojos, recuerda como de un momento a otro, el menor de los Shiba empezó empezó a acariciarle la cintura.

-¿H-Hakkai? Que haces?

-Tienes muy lindo cuerpo Taka-chan, me encantaría tocarlo completo.

Agarró como pudo al pelimorado y lo acerco a él, besandolo desquiciadamente.

Mitsuya quien estaba totalmente desprevenido ante la situación, se dejó llevar siendo su boca devorada por el azulado.

Sintió como una mano recorría su parte baja, para luego ir directamente a su trasero, apretandolo cuál pelota anti estrés.

-¡Ah! H-Hakkai..

-Shhh, solo disfruta Taka-chan.- Introduciendo su mano dentro del bóxer del muchacho y con ello un dedo en su entrada.

Takashi despertó de golpe, sudado, mojado y con una gran erección en los pantalones.

-Debes estar jodiendo...

Ya de ahí fue un constante "Si el me viera haciendo esto, ¿como reaccionaria?" "¿Le daría asco verme usar su nombre de esta manera?" "¿Sería correspondido?"

Aunque en público no lo demostraba, se veía tan sereno y calmado al lado del más alto, siendo ahora Hakkai el intenso que pasaba dándole cariño a Mitsuya.

Cariño, tacto físico para ser exactos, Mitsuya creció y maduro demasiado rápido para su gusto, siendo el que de daba atención y cariño. Pero nunca al revés, su mamá trabajaba todo el día y él era el único que veía a su hermanas, y siendo ellas dos niñas pequeñas, solicitaban constante amor, atención y contacto físico.

Con Hakkai, el obtenía todo eso y más, volviendo a ser un niño a su lado. El azulado lo abrazaba constantemente, le decía lo genial que era y siempre le prestaba atención a cualquier cosa que hiciera y/o dijiera.

Mitsuya se sorprendía cuando escuchaba a Hakkai decirle que tenía miedo a perderlo, porque para el pelimorado la situación era al revés.

El pensaba que Hakkai en cualquier momento lo cambiaría por alguien más, alguien menos necesitado de cariño, alguien con menos problemas internos y familia tranquila.

Nunca lo demostraba, pero su mayor miedo era perder al azulado.

Por eso, aquella vez que Hakkai salió molesto de su casa después de ver a James encima suyo, se deprimió tanto.

Porque no sabia que haría si Hakkai lo abandonaba, no podría sobrellevar su vida sin él.

Cuando Hakkai empezó a faltar más y más hasta el punto de desparecer, su ansiedad se disparo de tal manera. Lo peor es que ni podía visitarlo, James le había dejado claras y fuertes advertencias de que algo malo pasaría si se atrevía a poner un solo dedo encima de su tan amado Shiba.

Al ver tras la pantalla de James al azulado desnutrido y sin fuerzas de nada, su corazón se destruyó, no podía ver a la persona que amaba tanto sufrir de esa manera.

Ahora se encontraba en su cama, pensando todo lo que había sucedido en una sola noche, la casa de James, la habitación de Hakkai, Taiju en emergencias. Lo único que deseaba es que ese infierno terminará, quería volver a ver el atardecer con Hakkai y Mirum, quería volver a la normalidad con su amado.


















(...)

Bro...Estuvo fuerte esto,
El próximo capítulo es de Emma y Kita juju

CACHEN Q ESTOY VENDIENDO DULCES EN COLEGIO Y ME ESTOY HACIENDO MILLONARIA

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