Bienvenida

195 2 11
                                    


Ahora comprendo eso de ser la nueva en un colegio, todos te miran, estás más perdida que turco en neblina, las horribles presentaciones, para completar estoy en último año y soy la única que no tiene la remera y el buzo de promoción, eso aumenta aún más mi "rareza de nueva".

Camino por el pasillo que mi mamá me indicó donde se supone que encontraría la rectoría, acompañada durante todo el trayecto, desde que estacioné mi moto hasta llegar a la puerta de la bendita rectora, por las miradas, les juro que me sentí muy perseguida, toqué varias veces mi pollera por si es que no se subía, miré mis zapatillas para fijarme si eran del mismo par, porque créanme una vez llevé pares diferentes, pero no, solo que nunca vieron a una nueva.

-Buenas, buenas. –saludo a una chica que se ve bastante joven para ser preceptora. –soy Dennise Schneider, la nueva de sexto. –sonrío para sonar amable y no se note mi cara de culo de las siete se la mañana.

-Buen día, te estaba esperando. –sonríe grande y se levanta de su silla, levanto mis cejas un toque sorprendida. –es que soy la preceptora de sexto y te voy a acompañar a tu salón. –dice alegre, muy alegre para ser temprano. –estos son tus libros, te entrego de paso tus horarios y vamos.

-Gracias. –digo agarrando las cosas y camino junto a ella.

Mientras caminamos me cuenta cosas irrelevantes del colegio, sobre algunos alumnos y profesores, a decir verdad, Lucía, así es como se llama, suena muy copada, al menos eso es bueno ya que mi antigua preceptora era una vieja que ni ella misma se quería.

-Acá es. –paramos frente a una puerta blanca grande. –tu salón durante este año, pasa, por favor, tengo que anunciar algo también y quédate tranquila que no será necesario que te presentes ahora. –sonríe abriendo la puerta, paso agradeciéndole y me quedo mirando donde puedo sentarme.

El aula es grande y se nota esa típica división de grupos, hay chicos gritando, otros sentados en las mesas, chicas maquillándose y otros simplemente sentados hablando entre ellos. Los bancos son de a dos, entonces, toca compartir, fijo mi mirada en uno del frente, pero descarto la opción cuando la chica con mechas de colores me mira de arriba abajo y coloca su mochila en la silla. Paso la mirada a mi segunda opción, al fondo del lado izquierdo, pero rechazo automáticamente al ver al pendejo que me mira y me guiña un ojo mordiéndose el labio, luego ríe junto a su grupito, ¿más básico? Imposible. Por último, en el fondo a la derecha hay un grupo de chicos que al parecer están en la suya y hay una silla libre al lado de un rubio de rulos que está con su celular y no me ve, no queda opción así que camino hasta ahí, tiene su pierna arriba de la silla por lo que carraspeo para llamar su atención.

-Perdón, ¿me puedo sentar? –pregunto por las dudas, asiente y baja su pierna.

-Si obvio. –sonríe y me siento dejando mi mochila en el suelo. –soy Tobías, ¿sos nueva o te pasaron del otro salón?

-Silencio y ubíquense bien, por favor. –habla Lucía aplaudiendo justo cuando iba a contestar. –los docentes están en reunión con la directora nueva, por lo tanto, tienen la hora libre hasta el recreo. –se escuchan gritos y silbidos. –basta, igualmente tienen que copiar lo que les repartirá su compañera. –dice entregándole unas copias a una chica y todos se quejan. –no hagan tanto barullo, por favor. –termina el discurso y se va.

Giro mi cabeza hacia mi compañero de banco y no solo encuentro su mirada, sino la de todos los del grupo que están a su alrededor.

-Chica nueva eh, porque recordaría tu bella cara si es que eras del otro sexto. –habla un chico de ojos marrones que está sentado en el banco del frente

-Callate básico de mierda. –lo reta una chica de flequillo. –son todos unos tarados, reina, no les hagas caso, soy Guada o Wawa. –sonríe y río por lo que dijo antes.

JUGANDO A AMARDonde viven las historias. Descúbrelo ahora