Último intento...

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Al final ni en casa me siento en paz, son las una de la mañana y soy el único caminando por las veredas del barrio sin rumbo fijo. Mi familia hizo una cena para festejar que me egresé, creo que ellos estaban más felices que yo, los chicos mandaron mensajes para juntarnos, pero tampoco fui.

Levanto mi cabeza cuando me doy cuenta en que calle estoy, no vivimos lejos después de todo. No sé si es la vida, el destino o la suerte, pero ella está ahí sentada sobre el cordón de la calle, donde nos solíamos sentar horas y horas hablando cualquier pavada o de nuestros futuros.

Camino dudando hacia ella, no está sola, Melina está con ella, creo que todavía no me ven porque conversan y ríen. 

Su risa la quiero guardar para siempre en mi mente y corazón.

-Hola. –hablo deteniéndome a solo unos pasos de ella. Dejan de reír y me miran, Meli levanta una ceja sonriendo, ella se pone seria borrando toda alegría de su cara.

-Yo voy a entrar, los dejo. –la rubia se levanta sacudiendo su pantalón y me guiña un ojo. –duermo en tu cama, soy la visita.

-Déjame una almohada. –pide la morocha. Yo me quedo ahí parado como un tarado. –¿queres?

Me extiende una bolsa llena de chocolates, asiento y agarro uno sentándome a su lado, pero no tan cerca porque no creo que me quiera muy cerca.

-Denn, yo solo quiero explicarte. –levanta su mano y niega.

-No es necesario, Valentín. –como dice mi nombre solo me deja en claro que me odia. Me mira y en sus ojos solo veo el color verde sin brillo. –estás enamorado de Carla, necesitabas llamar su atención y yo caí como anillo al dedo, la nueva, la tonta y la que usaste.

Ella lo dice y siento como mi pecho se oprime.

-La quería, me di cuenta que en verdad era como un capricho, y sí te usé. –confieso mirándola, en ningún momento deja de mirarme a los ojos. –no te conocía, no sabía cómo eras, pero a medida que fuimos conociéndonos, cada día que pasaba me fui enamorando, ahora sé que es tarde para decírtelo, pero estoy enamorado de vos, Dennu.

Esa primera clase del año que la vi ahí, sentada junto al grupo, esos ojos verdes, su cabello negro y toda su cara me dio ternura y claro, hermosa, desde ese día la vi así. Pero yo estaba encaprichado con Carla, creí que posta la quería, en todo el verano nos la pasamos "teniendo algo", sin embargo, cuando le dije para formalizar me dio la patada.

Ese mismo día en uno de los recreos fui a hablar con ella y me llenó de preguntas por la piba nueva, al toque me di cuenta que no la quería mucho y sin conocerla. Fui un idiota al pensar en darle celos, pero lo hice.

Cuando empecé todo esto me dije que no iba a hacerlo por mucho tiempo, no contaba con que de verdad me gustara Denn, pero al pasar los días fui sintiendo esa atracción, sin darme cuenta me empezó a gustar su forma de ser, su personalidad, la fui conociendo y es hermosa en todos los sentidos.

Su risa, su sonrisa, su voz, esa mirada, la tuve todo este tiempo y no supe valorarla. Cada día que pasaba mi mente me pedía a gritos que le confesara todo, pero muy dentro de mí sabía que esto era lo que iba a pasar, se enteró y de la peor forma. 

Pero todo es mi culpa, mía y de nadie más.

Veo como sus ojos se llenan de lágrimas y me quiero matar por ser yo el causante de eso, yo la estoy haciendo llorar cuando prometí nunca lastimar a una mujer.

Quiero acercarme más y ella se aleja, eso me duele, me quema.

-Al final, yo no sé si estoy o no enamorada de vos. –murmura y sus lágrimas se resbalan por sus mejillas rompiéndome en mil pedazos. –¿t-todos estos meses fuiste una mentira? –niego y ella suelta un suspiro entrecortado, quiero abrazarla y se retira más. –si lo fuiste, nunca te conocí de verdad, me enamoré de alguien que no existe.

JUGANDO A AMARDonde viven las historias. Descúbrelo ahora