Ternurita

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Siento que mi cabeza va a explotar, anoche fuimos a una joda con los chicos, y las cosas se descontrolaron un poco, no quiero ni abrir mis ojos. No vuelvo a hacerle caso a Tadeo, recuérdenmelo siempre.

-Por fin, boluda, llevo media hora sin saber que hacer. –giro mi cabeza, pero me quejo cuando un dolor punzante aparece. –¿resaca?

-¿Qué haces acá? –pregunto ignorando su pregunta.

-Dormí acá. –vuelvo a girar mi cabeza ignorando el dolor y confirmo, por su aspecto, que si durmió acá, se ve lindo con el cabello despeinado y los labios rojos.

-No recuerdo como llegamos. –escucho que ríe un poco, yo trato de reunir fuerzas para moverme.

-Yo tampoco. –dice y coloca su cabeza sobre un brazo. –lo importante es que estamos bien. –asiento y con toda la pereza del mundo logro estirarme para agarrar mi teléfono.

Son las tres y media de la tarde, reviso unos mensajes, especialmente el de mi vieja que avisa que salieron a pasear con papá y mi hermano esta con amigos. Bien casa sola, para dormir todo el día.

-¿Adónde vas? –bueno mi día solitario hoy no va a poder ser.

-Me voy a bañar, después si queres comemos algo.

-¿Y si nos comemos nosotros? –pregunta. –a mí no me molestaría.

-No como pelotudos, me cuido. –lo jodo, agarra una almohada y me la tira, pero la esquivo riendo. –además no te bañas todavía.

-Una forma sutil de invitarme a bañarme con vos. –se sienta en la cama sonriendo pícaramente, recién puedo ver que está solo en bóxer, bastante bueno está.

-Es una forma sutil de decirte que estas oloroso. –toda sonrisa se le borra. –y hay un baño abajo.

-Ahorremos agua. –habla y se levanta caminando hacia mi, cuando está cerca me paro derecha y sonrío. –no me molestaría compartir baño.

A mi tampoco, pero, ¿por qué apurarnos? Si tenemos casi un día completo. {...}

-Tu mamá cocina riquísimo. –hablo tirándome a la cama del castaño.

Después de bañarnos, en baños diferentes, como ninguno quería cocinar decidimos venir a su casa, al llegar Maia estaba preparando budín de limón, pegamos un almuerzo-merienda, bastante rico.

-Si, mírame a mí nomas como le salí. –dice acostándose a mi lado y suelto una carcajada por su comentario.

-Todo un bombón. –me coloco de costado para quedar frente a frente, agarro con una mano sus mejillas y le hago boquita de pato. –ternurita.

-No me digas así que me acuerdo de la vez pasada que tu vieja me asustó. –vuelvo a reír, esta vez en su pecho. –no te rías boluda.

-Pasó casi un mes, Valen.

-El recuerdo sigue intacto. –esta vez reímos los dos juntos.

-¿Cantas? –le pregunto viendo los instrumentos que hay en la habitación.

-Algo, rapeo, tiro free. –dice y me siento para mirarlo, está bueno y canta, míralo a Valentín. –mis viejos son músicos.

-Talento desde la cuna.

-Vos con el deporte y yo con la música, pareja perfecta. –habla y levanta sus cejas repetidamente. Suelto una risa y me levanto para ir hacia el teclado.

-La envidia de todos. –digo con sarcasmo haciendo referencia a su comentario, presiono algunas teclas, pero no suenan ya que está desconectado. –algún día tenes que tocar algo para mí.

JUGANDO A AMARDonde viven las historias. Descúbrelo ahora