7. Veritaserum y apuestas.

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Sabía que lo odiaba, iba a usar eso a su favor, sería un pequeño paso en la carrera de venganza.
Luna llena, si que si, dos días pasaron de la pelea interna de Peter y por supuesto no se había tomado en serio las palabras de la voz en su cabeza y ahí estaba sentado junto a Sirius en el gran comedor, comiendo...
—Odio el afán que tiene Quejicus al vigilarnos.
Comentó Pettigrew terminando un rollo gitano que estaba comiendo antes de empezar con el chocolate amargo.
Por supuesto eso llamó la atención de su compañero quien discretamente empezó a observar al mencionado, se veía tranquilo pero eso no quitaba su "discreción" pues era verdad la mayoría del tiempo, a ojos de los merodeadores, Snape siempre los seguía para tener pruebas y poder expulsarlos.
Todos odiaban eso, aunque Remus era consciente de que a Snape no le importaba compartir la existencia con ellos, si tan solo dejaran de molestarlo o Remus como prefecto hiciera algo.
—Yo también, me gustaría que le den una lección para que deje de meter su nariz en asuntos que no son suyos.
Mal comentario pues se le habia ocurrido la mejor idea del mundo para asustarlo, o mejor dicho la peor idea—. ¿Qué tal si lo asustamos un poco?
—¿Cómo haríamos eso, Que nos siga al campo de Quidditch y lo amenazamos? Creo que eso sería bastante efectivo.
Preguntó Peter, sabía por donde iba la idea de Canuto pero si iban a hacerlo Colagusano debía verse lo menos involucrado posible.
—Si... Si justo eso, tal vez después de la luna llena.
Plan exitoso pues como esperaba Pettigrew la idea que había entrado en la mente de Sirius si era hacer que Severus los siguiera pero no para amenazarlo sino para asustarlo esa misma noche, una simple broma en la que nadie resultaría herido.
¿Y por qué no estaban Lunático y James? Simple, ambos en la enfermería, como aquella noche era luna llena, Remus lucia enfermo y casi muerto y James le estaba haciendo compañia hasta que iniciaran clases, y alguien debía llevar los chocolates de Remus.

Viernes, hermoso viernes, un día despejado y caluroso, nada podía salir mal ese día para las serpientes, todos estaban muy animados aunque por supuesto no se notaría.
Bartemius estaba emocionado por ver a su ratoncito aquel día, en el desayuno por supuesto lo vio pero... Notó algo, algo diferente en su ratoncito, una pequeña mirada cínica al hablar con el estúpido hermano de Regulus, aunque esa mirada desapareció rápido junto con el rollo gitano que comía.
Regulus y Barty sabían muy bien que esa noche era luna llena pues era la noche frustrada de Barty para iniciar el proceso de animagia, dentro de 29 días tendrían una nueva oportunidad y como lo prometió Regulus lo harían ambos.
—Regulus, Flint me informó que hoy habrán nuevas pruebas para nuevos integrantes del equipo, serán después de la ultima clase.
Hablo Lucius Malfoy sabiendo que solo el pequeño Black estaría interesado en el equipo pues Barty era muy inquieto, Severus detestaba la violencia en el campo y Lucius había decidido abandonar el equipo.
—Sigue sorprendiéndome la forma en la que consigues tanta información...
—No voy a repetir el por qué, Regulus, cuando seas prefecto y premio anual lo sabrás.
—Aunque esta dicho que los TIMOS estarán dificiles este año...
—Como cada año, Barty...
—¿Y... No nos ayudarán con los TIMOS?
Preguntó con inocencia Regulus pues a pesar del enorme cerebro que tenían los más jovenes, dudaban un poco de su propia capacidad.
—Les ayudaremos a practicar, no les diremos qué es lo que entrará en el TIMO así que lo toman o lo dejan, depende de ustedes.
Y ahora estaba Severus tan aristocrático dejando a un lado su libro de pociones para empezar a desayunar.
—No entiendo aún los TIMOS, pero sé de qué será la clase de pociones hoy— intervino Dylan en la conversación.
—¿Cómo es que sabes eso? Ni Lucius podría saberlo— Severus miró incrédulo a su compañero.
—Porque ya que las llamadas de atención con mi padre son tan frecuentes pude ver en su mesa las escrituras sobre un par de pociones, así que una de ambas haremos hoy o ambas, porque son pociones bastante complicadas para los de quinto o cuarto año.
Todos quedaron en silencio unos minutos antes de que volviera a hablar nuevamente el hijo del maestro de pociones.
—Haremos la poción matalobos, que como saben salió apenas hace un año y la verdad es que nadie ha podido probar que funcione correctamente ya que los hombres lobos son muy... Solitarios, es eso o la poción muertos en vida, que como saben podría matarnos así que mejor no arriesgar a los menores a hacer eso.
—Pero podrían ser pociones para los de ultimo año, ¿cómo sacaste la conclusión de que es para nosotros?
—¡Porque en nuestro salon hay un hombre lobo!— interrumpió Barty a Regulus haciendo ademán con las manos como si fueran garras lo que provocó miradas molestas hacia su lugar y risas discretas de algunos.
—Porque tenía la fecha en los escritos, y los de ultimo año tienen pociones en jueves.
Habló al dejar de reir, pronto tocarían las campanas para anunciar el inicio de clases ese viernes, dirigiéndose cada quien a su clase, afortunadamente solo pociones sería con Gryffindor.
—Apuesto un beso de Severus a que haremos la poción matalobos— habló Dylan provocando que sus amigos escupieran su bebida por la sorpresa—. Pero un buen beso como se lo dio a Regulus.
—No apuestes así conmigo, Slughorn.
—Tres besos a que haran el filtro de muertos en vida— se sumó Lucius a pesar de que el no tenía mucho que ver.
—Cinco besos por la poción Matalobos —Regulus entusiasmado aunque lo decía por broma.
Barty había decidido no agregar nada a la apuesta.
Severus por supuesto no quería sumarse a eso pero una forma de mantenerlos a raya era apostar.
—Ya que tienen el descaro que apostar en mi nombre, apuesto a que haremos Veritacerum o Felix felicis si no hacemos alguna en clase le daré un beso a cada uno, pero si hacemos alguna de las dos ustedes comprarán los ingredientes que les pida a partir de ahora.
—Bien, y yo seré el jurado y haré que se cumpla lo dicho a las 7:55 am. De hoy— al fin se metió Barty tomando un vaso de jugo de uva y bebiendo.
Así le dieron fin a su desayuno y corrieron a sus salones.

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