─── ¡FUEGO!Fue el tono desgarrador de Erwin el que desató la furia de la Legión de Reconocimiento en forma de armas. Aquel dolor que expresaron por haber perdido a tantos compañeros estaba atacando a la asesina a sangre fría. Ev tenía las manos tapando sus oídos, tratando de aliviar la molestia por los ruidos tan fuertes. Sus dedos abrazaban sus espadas y ella las apretaba fuerte, con sus ojos cerrados y arrugados. Cuando el silencio comenzó a gobernar el bosque decidió que era momento de permitirse ver a su enemiga: la titán hembra. La víctima ahora era esa titán, de cabello rubio y corto, con catorce metros de altura. Sus ojos casi igual de azules que los de la capitana demostraban desesperación, y esa expresión facial la hacía sentir mucha satisfacción a la mayor, sonriendo de lado mientras dejaba caer sus brazos a sus costados firmemente.
─── Así que esta es la imbécil que acabó con casi la mitad de mis colegas ───susurró, mientras caminaba por el césped, acercándose───. No tienes idea de lo que me estoy resistiendo ahora para matarte.
Podía verlo en sus ojos. Era notable el terror y eso la hacía tener una sonrisa macabra por dentro, mientras que por fuera estaba con su semblante intimidante. Cualquiera que podía ver a la chica sabía que ésta tenía sed de venganza y unas incontables ganas de vengar a sus compañeros.
Un equipo tridimensional le llamó la atención, creyendo que se podía tratar de su hermano o del capitán. Era de esperarse que se trate del segundo, así que se sintió aliviada al verlo de reojo con vida. Se posicionó al lado de Erwin, justo a sus espaldas. El mismo sentimiento estuvo presente en el corazón de Levi, quien sentía su pulso más tranquilo ya que ahora no era perseguido por un humano en forma de demonio.
─── ¡Espera Levi! Debemos ser precavidos ───la fémina escuchó la voz apresurada del comandante───. ¡Escuadrón dos y tres, fuego!
Esta vez, a Ev le importó poco la molestia en sus oídos aunque el ruido esté centrado en donde estaba. Observaba las afiladas puntas clavarse y profundizarse en la carne, deleitada con el campo de visión de una asesina recibiendo lo que merece, y aunque en su pasado haya sido exactamente igual, no se sintió culpable por su doble moral, por el simple hecho de los contextos diferentes.
Los cañones dejaron de disparar y ella voló por los aires antes de que el comandante se lo ordenara. Levi ya estaba aquí, así que en cualquier momento tendrían que actuar. Estaba tan obsesionada con la venganza que necesitaba ver al enemigo sufrir de cerca, profundizar un viaje en sus ojos para que incluso ella sintiera el temor de ser descubierta. Qué buena sensación le causaba, se sentía inhumana.
─── ¡DISPAREN!
Escuchó de nuevo. Esta vez el ruido no fue tanto. Los tres soldados más fuertes compartieron miradas entre ellos. Separados casi por la misma distancia, parados en distintas ramas de distintos árboles. Aferrando sus manos a sus cuchillas y con ello, toda la motivación de los sacrificios en sus espaldas simultáneamente que miraban aquella titán totalmente quieta, probablemente incómoda por el dolor.
Erwin mostró una señal con su brazo, la cual significaba dos cosas; no había que volver a disparar y así dejarle espacio a los capitanes para poder hacer su trabajo.
─── ¡Mike, Levi, Evelyn, les toca a ustedes!
Entonces los tres se tiraron al aire, mientras rodaban en el mismo juntando sus hojas con el objetivo de cortar la gigante nuca. Estando a punto de hacer contacto, sus manos se volvieron azules y se endurecieron, causando que pedazos de cuchilla cayeran a su alrededor. Apenas éstas tocaron la parte del cuerpo, se habían quebrado totalmente, dejando apenas un pedazo. Maldicieron en sus interiores mientras se alejaban los dos rubios y el azabache, molesto, se posicionó en la cabeza de la criatura. Ev tenía sus piernas apoyadas en el tronco y el rubio en la enorme rama que salía del mismo.
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𝐋𝐄𝐆𝐄𝐍𝐃𝐒 | 𝕷𝖊𝖛𝖎 𝕬𝖈𝖐𝖊𝖗𝖒𝖆𝖓
FanfictionEvelyn no quería recordar la última vez que vivió para complacer a otros, no quería recordar la última vez que tuvo que tomar agua del asqueroso suelo del Subterráneo ni la última vez que confió en alguien... Y aún así, esas memorias estaban más pla...