╰ 𝐕𝐈 ╮𝐄𝐥 𝐀𝐦𝐨𝐫 𝐄𝐧𝐥𝐨𝐪𝐮𝐞𝐜𝐞

54 4 0
                                    

Levi se encontraba caminando mucho más serio de lo normal. A pesar de que trataba de evitar chocarse con los cientos de soldados que estaban esparcidos por el Distrito, esperando órdenes y noticias ─aunque no más de lo que él las esperaba─, ellos ya de por sí se apartaban, dándole espacio. No solo por el respeto que le tenían a él, sino por la intimidación y el miedo que su semblante y rostro transmitía.

Nadie se les ocurrió la idea de lo que estaba pasando realmente: Levi estaba preocupado. Desde que despertó con Evelyn a su lado, desde la noticia que los obligaron a amanecer bruscamente, desde el informe que la soldado Sasha Blouse le trajo a Hange, desde que ella les informó a todos de qué se trataba, desde que él le advirtió a un hermano menor de quince años que debía cuidar a su hermana de veinticinco, desde que la despidió sin haberla besado por última vez.

Estaba ansioso, inquieto y enojado. Unos minutos atrás, antes de que el Pastor Nick le pidiese si podía traerle la manta que le estaba llevando en ese momento, no podía parar de pensar en la posibilidad de que Evelyn estuviese muerta y él ni siquiera pudo despedirse como correspondía: un beso. El simple pensamiento de aquel escenario le hacía querer romper su cabeza de un golpe, solo para dejar de pensar y parar con su miedo de una vez por todas. Se maldecía una y otra vez de no haberla abrazado, besado, tocado. Odiaba esperar, odiaba el hecho de que el sol alumbrace el día como si fuera uno bueno, porque no lo era. Para nada. Él era un capitán en descanso y ella era una capitana en batalla.

Tronó su cuello, harto de tener la capacidad de poder pensar por sí mismo. Eran esos momentos en los que más odiaba sentir, odiaba ser humano. Cuando reconoció la carreta en la que Nick se encontraba, apresuró un poco sus pasos para subir y cumplir con el favor que él le había pedido.

─── Tome ───acercó la manta a su rostro. El señor lo observó a él y con amabilidad le sacó la manta de su mano y así taparse con ella───. Espero que esto le sirva porque es el único favor que le haré.

─── Gracias, capitán ───Levi se sentó donde estaba antes, en frente suyo. Apoyó su brazo derecho en el respaldo de madera mientras llevaba su cabeza hacia atrás. La diminuta conversación ni siquiera había logrado distraerlo un poco, y eso Nick lo notó───. Lo noto preocupado, ¿sucedió algo?

“No. Nada sucedió. Ese es el problema”, pensó.

─── Lo mismo de siempre ───enderezó su cuello, viéndolo───. Soldados dando su vida mientras que los perros se burlan dentro de la protección de las puertas.

Nick no entendió demasiado a quienes se refería hasta que notó a quién señaló el capitán con un gesto en su cabeza. Los policías estaban riéndose, compartiendo anécdotas de sus familias y quejándose de estar en ese lugar. Aún así, el señor reconoció muy bien la expresión facial del joven en frente suyo. No era muy difícil reconocerse entre personas enamoradas.

─── Lo entiendo, ¿pero sabe? Puedo reconocer su rostro preocupado por alguien. ¿A quién se debe y por qué?

Se formó un silencio bastante largo a comparación de la conversación que comenzaban a tener. Levi alzó una ceja debido a la confianza que de pronto el mayor había comenzado a tener.

─── No entiendo por qué está hablando.

Nick se quedó quieto, intentando comprender lo que quiso decir el soldado, pues, éste ni siquiera le hablaba a él, sino que había pensado en voz alta. Realmente no entendía por qué de repente aquel hombre le estaba dirigiendo palabras, mucho menos por qué seguía tratando de hablar con él. Levi era la persona con la presencia que menos demostraba ganas de hacer tal cosa, y lo cierto era eso: no quería compartir palabras en ese momento. Estaba ocupado pensando en alguien más.

𝐋𝐄𝐆𝐄𝐍𝐃𝐒  |  𝕷𝖊𝖛𝖎 𝕬𝖈𝖐𝖊𝖗𝖒𝖆𝖓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora