𝐋𝐄𝐆𝐄𝐍𝐃𝐒 | 𝕷𝖊𝖛𝖎 𝕬𝖈𝖐𝖊𝖗𝖒𝖆𝖓

╰ 𝐗𝐈𝐈 ╮𝐇𝐮𝐦𝐚𝐧𝐢𝐝𝐚𝐝

El resto del día fue agotador para las cuatro autoridades de la élite. Por más que los capitanes no querían aguantar a Hange gritando como loca, Erwin insistió en que debían soportarla por el bien de la investigación, que no había nadie más apta que ella. Así fue como la sargento dejó de lado por un momento a Eren e Historia y priorizó los experimentos improvisados con Evelyn. Erwin se quedó descansando mientras ellos tres se dirigían al castillo donde Eren fue custodiado, pues no era conveniente que otro soldado se enterara si no se podía asegurar que no había más traidores entre ellos y, lo más importante, lo que menos necesitaban era otro escándalo de la policía.

Evelyn no insistió en que Levi descanse luego de que él le dijese que no podían afirmar que ella los reconocería luego de transformarse. Aceptó a regañadientes, no quería arriesgar a ninguna de sus personas cercanas. Horas y horas la capitana se encargó de probar distintas maneras de lastimarse solo para que funcione. Por más inútil que le pareciera, intentó golpearse y soltarse insultos a sí misma, como si la herida mental pudiera funcionar.

Nunca pasó.

Incluso soltó un par de lágrimas en los ojos. Odiaba la simple posibilidad de ser una de esas cosas que mataba en las afueras y pensó en su hermano menor al descubrir su poder. Los Jaeger compartían el mismo odio hacia los titanes, aún así ella pensó que lo más probable es que él ignoró su rencor solo para servir a la humanidad y esperaba lo mismo de sí misma.

Eso no cambió el hecho de que jamás se transformó.

─── ¿Por qué no se transforma? ───murmuró la castaña─── Ya sabe cómo hacerlo.

El capitán chasqueó la lengua. Desde que la rubia pasó por esa puerta no paró de pensar en que los traidores pudieron secuestrarla por el poder de titán que ella supuestamente conllevaba. No iba a decirlo en voz alta, pero le agradecería a la humanidad por prevalecer en el cuerpo de Evelyn y que no cargue con una responsabilidad tan grande como ser la esperanza de las murallas. Se sentía aliviado luego de la tensión en su cuerpo para prepararse y escuchar el rayo del cielo que jamás sucedió.

─── Oye, no te muerdas más. Nos acercaremos al pozo.

Levi se acercó en su caballo seguido de Hange. Estaba por anochecer, la luz fue suficiente para que ambos notaran a Evelyn ensangrentada. A la sargento pudo haberle parecido gracioso si su cuerpo no hubiera estado invadido por la preocupación.

─── Rayos, Evelyn. ¿Qué te hiciste?

La chica soltó una queja junto a una maldición. Estaba molesta, se sentía una inútil por no lograr conseguir lo que su hermano de quince años pudo. El corazón del soldado más fuerte de la humanidad se encogió al verla de esa forma. Por un momento sintió como si sus pesadillas se volvieran realidad, con ella toda ensangrentada. Ignoró esos recuerdos y fue a buscar la soga.

─── Tiraré la soga. Cúbrete.

Ni siquiera se molestó en hacerlo. Estaba tan furiosa consigo misma que hasta deseaba que la soga cayera fuertemente en su cabeza. A su lado se encontró el objeto y se obligó a sí misma a subir y enfrentar el fracaso y la decepción en el rostro de sus compañeros. A pesar de que era lo que más se esperaba, fue lo que menos apareció. Incluso de parte de la fanática de los titanes no pareció haber rastro de desilusión. Los espectadores acercaron sus manos al cuerpo que estaba subiendo y se la ofrecieron. La capitana aceptó desganada y subió. A ninguno le gustó la imagen de Evelyn excesivamente lastimada a causa de sí misma por convertirse en un titán. Los tres decidieron mantener el silencio lo más posible hasta que no fuese necesario. Sabían lo que significaba ese rostro; un probable descargo hacia los demás si la jodían. Y es que Evelyn tenía un humor bastante estable, pero cuando una misión no podía concretarla se sentía la persona más inútil de la humanidad. Ni siquiera podía sentirse aliviada porque en sus adentros no quería ser un titán, solo se acordaba de todas las noches en los que se esforzaba hasta caer rendida que la llevaron hasta el fracaso.