Pista 2. Mercy

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°°En un lienzo manchado de sangre,
el que pintamos con nuestros pecados.
Hay una vela derritiéndose,
que arde en ambos extremos.
Tomaremos y tomaremos hasta que se derrumbe,
hasta que nos ahogue con la cera que gotea.
Como una polilla a la llama
que nunca debiste encender.°°

Me desperté por el terror que subía por mi cuerpo, una pesadilla

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Me desperté por el terror que subía por mi cuerpo, una pesadilla.—¿Qué sucedió?.-me pregunté mientras miraba alrededor, entonces los eventos de la noche anterior llegaron a mí, la puerta como siempre estaba cerrada, el ruido metálico por el suelo le avisaría a mis padres que yo estaba despierta.

Recogí mis piernas en mi pecho y me quedé quieta, ¿En verdad había traído a un extraño a casa?¿Sangrando y claramente con una pinta mala?.—En ocasiones si me supero en extremo...-susurré. Aunque, ¿Qué tal y solo había sido un mal sueño? También era una posibilidad.

Aunque me había asegurado de quemar las vendas y todo aquello que había sido manchado en el proceso, pero mis padres no eran de la clase de personas que hacen algo de forma normal. No encontré una solución, así que me puse de pie, era domingo.

Mis padres, si seguían la misma rutina de siempre, irían al asilo a visitar a la mamá de papá y volverían por la noche.—Tal vez podría sacarlo de casa...-susurré mientras dejaba caer mi pijama, en ese momento, la puerta se abrió.

Me asusté que no tuve tiempo de prepararme.—Me enteré lo que sucedió ayer en la escuela, ¿Es que eres estúpida?.-preguntó y negué lentamente.—Deja de causar problemas, carajo.-dijo y mordí mi labio.—Espero que nadie te haya visto así de ridícula.-dijo y negué.—No, señora.-dije y ella suspiró.

—Bueno, me alegró el día saber que te humillaron lo suficiente, así que baja a desayunar con nosotros.-dijo y se fue.—Por cierto, deberíamos de cambiarte el nombre, al de un perro.-dijo y se fue riendo.

«¿Tengo menos valor que un perro?» pregunté mentalmente mientras me vestía, al menos la ropa holgada cubría muchas cosas en mí que no deseaba ver. Me acerqué al closet y miré la puerta, si mamá se hubiera acercado a darle un vistazo, habría visto que algunas de mis mantas no estaban, así como una mancha de sangre casi seca en el borde de la pequeña puerta.

Al bajar, papá leía un periódico distraídamente, mamá le servía el desayuno.—Sírvete allá, hay arroz frío y un poco de fruta para ti.-dijo y asentí, miré a papá, el como siempre, solo se quedaba en silencio, pero francamente lo prefería así.

Noté que casi no había comida, ¿Qué debía comer un herido?¿Líquidos? Si, probablemente.—No olvides lavar y limpiar absolutamente todo.-dijo ella clavando sus ojos en mí, asentí desviando el rostro, no había escuchado nada de lo que dijeron por pensar en el ático.

Se fueron sin falta pasadas las 10, esperé un par de minutos antes de moverme de vuelta a la cocina. Tomaría un poco de té en un termo, además de la fruta que yo no comí.—¿Tendremos más vendas?.-susurré mirando en el sótano. Siempre habían vendas suficientes para mí, pues no podía ir a la escuela así, ¿Cierto?.

Red Room. [SANZU HARUCHIYO x OC]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora