Red Room. [SANZU HARUCHIYO x OC]

Pista 5. Who Are You?.

°°Quítate toda la ropa,
abrázame hasta que estemos congelados y
hasta que no podamos sentirlo.
Pedí más de lo que podía tomar,
sin nada más que dar.
Así que, ¿Quién eres tú?
...Depende de quién pregunte.°°

★

Un ligero aroma a fresas me envolvía. Me sentía entumecido, tal vez aún estaba dormido o muerto, la segunda era poco probable, pues por más que lo intentase, siempre resultaba un cobarde.

Y seguía viviendo, sin algún fin u objetivo, Mikey comenzaba a dejar de ser un objetivo fijo, ¿Que haría yo sin él? Por años estuvimos juntos. Aún así, no creía que eso durase mucho más de seguir como íbamos.

Me acurruqué aún más y sentí algo suave, era asfixiante pero el aroma a fresas se concentraba aún más en esa zona cálida, entre abrí los ojos, me pesaban y dolían.—¿Piensas seducirme con tus pechos, Pochi?.-pregunté mirando hacia arriba.

Pero no recibí respuesta, solo una niña llorona y mocosa, sus rubíes se clavaban en mí, fuí envuelto en otro abrazo y sentí que iba a morir, no lo había notado hasta ahora pero Pochi tenía pechos algo...grandes.—P-Pensé que no ibas a despertar...-susurró pegando su boca a mi cabello.

¿Y por eso lloraba? Solo había tenido un pequeño mal viaje, sucedían la mayor parte del tiempo, pero por alguna razón, no quise quitarla de mí, su calor se filtraba entre mis poros, adormeciendome de nuevo. Pero tuve que empujarla, mi cuerpo comenzó a entrar en pánico, llenándome de algo desconocido.

—No me toques tan casualmente, ¿Entendido?.-ella desde el suelo asintió obediente, acomodando su cabello y limpiando el borde de sus ojos, me miré en el espejo, mi semblante se veía aún más pálido que de costumbre pero, no me sentía cansado.

La miré de nuevo tratando de recordar lo que sucedió por la noche, tenía pensamientos difusos pero algo si recordaba bien.—¿Era en serio lo que dijiste anoche?.-Pochi ladeó su rostro tratando de comprender a qué me refería.

Se sonrojó fuertemente y miró en otra dirección, me pareció divertido eso.—Oh...¿Qué tanto pensaste?.-pregunté acercándome a ella, quién se lanzó hacía atrás pegándose con la puerta. No pude evitar reír, ella hacia cosas sumamente extrañas y pareciera que su cuerpo no lograba reaccionar a tiempo.

Miré sus manos y mi sonrisa se esfumó, ¿Qué habría pasado en su casa cuándo rompía un plato? Takeomi nos regañó siempre que eso pasaba, principalmente a mí, pero jamás nos causó ningún daño.—Muéstrame.-ordené y ella asintió en silencio. Extendió sus manos y la levanté, en el baño, comencé a retirar las vendas.