Red Room. [SANZU HARUCHIYO x OC]

Pista 22. Reprise.

°°He estado rogando por esto, lo he estado haciendo.
Hay mil voces en mi cabeza,
solo espero que no coloquen una soga
alrededor de mi cuello.
Para poder ponerlos a descansar,
quiero sentir amor...
Quiero sentirme amado de nuevo. °°

Sentí que el frío era más cruel por las noches y en especial durante ese momento. Takeomi manejaba en silencio mientras viajábamos al centro de Tokyo, las luces me hacían sentir mareada y ansiosa.

—Te dije que debiste quedarte...-susurró el mayor obsequiándome una barra de chocolate, la tomé y comencé a mordisquearla rápidamente.—¿Por qué huyó del centro?.-pregunté y Takeomi suspiró.—No lo sé...ella, había estado comportándose de manera extraña.-

Miré de nuevo al frente, el edificio de psiquiatría era de un color plomo verdoso, tenía muchas flores alrededor pero me parecían tan muertas y asfixiantes como el lugar.—Espera aquí, ¿Entendido? Eres lo más buscado en todo Tokyo y no quiero problemas.-sus órdenes parecían las de un padre estricto, asentí y me acurruqué aún más entre mi abrigo.

Kokonoi se había encargado de comprarme ropa, jamás había tenido un abrigo así de calientito, siempre era ropa que mamá encontraba en cualquier lugar, ¿Por qué debía sufrir? Últimamente me lo preguntaba mucho.

Sin embargo, ahora Sanzu era mi prioridad. Quería verlo bien, por alguna razón eso alimentaba algo en mí, ¿Así funcionaba el amor? Quería apresurarme para comprender que era el amor y poder conocer a la verdadera yo.

«O tal vez ya soy yo...» mordí la barra de chocolate un poco más y entonces después de varios minutos, el pelinegro volvió y entró al automóvil.—Dicen que Senju desapareció después de la hora de la comida...su enfermera dijo que ella se retiró a dormir a su habitación, pues tenía resfriado...-

Los ojos de Takeomi estaban tan dilatados por el miedo que ni el mismo se daba cuenta de ello.—¿No se habrá escondido por algún lado aquí?.-el edificio parecía sumamente grande visto desde fuera.—Lo pensaron y por eso tardaron en contactarme, pero no encontraron nada. Dejó todo lo que tenía y se llevó únicamente un estúpido dibujo.

Miré de reojo a Takeomi.—¿Dibujo?.-pregunté y el asintió.—De niños, Haru y ella solían decir que estudiarían arte juntos, ella le dibujaba constantemente cosas, ese dibujo es...-

—Se lo quiere obsequiar a Haruchiyo...-susurré y el asintió. No sabía quién era Senju, pero si comprendía esa desesperación, por intentar alcanzar lo que más deseas, en este caso, su hermano.—¿No hay algún lugar que se te ocurra?.-pregunté y el gruñó desesperado.

—Conociendo a Senju, ella huirá en cuánto sepa que estoy cerca...Ella resulta igual de problemática que Haru, por eso le dije que debía darle un buen ej...-