El baño fue placentero. Ahora tenía marcas en mi cuello, hombro y espalda que no sabría cómo cubrir. Afortunadamente seguíamos en invierno por lo que no tendría nada de extraño usar cuello de tortuga.Por lo que, mientras me miraba al espejo notando las marcas, Jimin usaba mi ropa sin vergüenza alguna, esculcando mi armario con la poca decencia que tuve de arreglarlo apenas. Me importaba lo mismo que a él, nada. Todo en nosotros era hogareño, familiar, natural.
Después de buscar mi pijama tirada a piezas en el suelo y ubicarla sobre mi cuerpo, me dejé caer sobre la cama con la mirada en Jimin que usaba mis prendas y luego, llevándola lentamente hasta la caja café que seguía teniendo mi curiosidad en constante pulso.
⸺¿Ahora sí puedo ver qué es?
⸺¿No estás cansado? Vete a dormir o algo.
⸺No podré dormir sin saber que es lo que hay dentro de la caja.
Y con toda esa frase, su cara de exasperación se convirtió en apenas una sonrisa que no logro pasar desapercibida, caminando lejos del lugar en el que se había parado -que estaba al otro lado de donde la caja- y moverse justo entre mis ojos y el objeto de mi curiosidad.
⸺¿Prometes no llorar o lo que sea? No sé cómo podría manejar el que te pongas a llorar por el dolor o la fascinación.
⸺¿Es un dildo o algo así? Porque suena a qué es algo así.
⸺No comiences con tus perversiones, estoy hablando en serio.
⸺Uh, sí. Lo prometo.
Sé que Jimin lanzaba esa pregunta por una pequeña broma que podría ser sería y, tal vez, posiblemente, realmente quería que expresara tal emoción al nivel de llorar. Eso al mismo tiempo me daba miedo porque comencé a pensar que me regalaría una araña. Feas arañas. Odio las arañas. Pero, pronto comencé a pensar que no podría regalarme una araña. Menos cuando sabe que las detesto.
Su celular fue apoyado en mi buro, de forma vertical, podía ver su funda transparente con calaveras, fuego y serpientes pintadas desde donde estaba, la cámara también y su pop socket de dedo medio.
Sus delgados y blanquecinos dedos tomó la caja, llegando a mi lugar, dejándose caer en la cama y abriendo la caja de uno de sus lados. Su mano tomo la parte inferior de algo y mi hambre de conocer me hizo sentarme en forma de indio para asomarme. El objeto comenzó a salir y una plataforma azul me dejó ver la mitad de un círculo con líneas paralelas yendo hacia un centro, luego ví un manubrio.
Instantáneamente mis ojos comenzaron a aguarse al notar el color azul agua y diminutas calcomanías que alguna vez Ame me dió de sus compras y comer paletas de hielo. Dije que no iba a llorar y lo prometí, así como su cara de pánico me lo recordó, por lo que limpié rápido mis lágrimas y tomé entre mis manos la réplica exacta de lo que fue la bicicleta que tuve y perdí. Aquella tan importante para mí. El azul se asomaba entre las estampas, el manubrio estaba desgastado, las llantas brillaban y el asiento era el mismo que a veces me hacía doler el culo por estar tanto tiempo encima. Era la misma bicicleta que mi hermano me dió, la misma que decoré durante años de buenos momentos, la misma que perdí y extrañaba.
Y solo pude decir.
⸺Muchas gracias.
Para después dejarla con cuidado en mi mesa de noche y posterior a ello, tirarme sobre de Jimin para unir nuestros labios y sentarme en su regazo.
[...]
Durante la mañana -o más bien la tarde que consideré mi mañana- desperté con la espalda de Jimin frente a mí y parte de su rostro, era más bien que estaba acostado casi por completo sobre su estómago y podía observar sus tupidas pestañas contra su piel, además de sus voluptuosos labios tan relajados que parecían un puchero. Estaba en el quinto sueño, lo noté cuando inconscientemente saltó sobre la cama como al estar en una pesadilla en la que estás a punto de caer. Me dio tanta ternura que dejé un beso sobre sus labios y me levanté de la cama con el pulsante dolor en la espalda baja y la noción de no tener resaca.
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Go away, save me | editando
RomanceGo away, save me" habla de Vante Everard, un joven en sus diecinueve con Trastorno de Personalidad Asocial y Trastorno Explosivo Intermitente, que sufre de depresión y ansiedad al vivir con dichas enfermedades mentales en una familia rota, sin trata...