Eiden Fox
—Hablas de ella como si de verdad te gustara, chaval.Mara dio otra larga calada a su cigarrillo mientras yo jugaba con el mío entre mis dedos. Ambos estábamos en el suelo del salón, ¿para qué molestarnos en sentarnos en el sofá? Siempre que andamos filosóficos, es costumbre nuestra sentarnos en el suelo.
—Ts no sé, me atrae.— me encojo de hombros y ella me mira, inquisidora.
—¿Te atrae?— se burla.— Tus palabras y tu cara de rancio no dicen lo mismo.
—Es que ¿cómo quieres que me ponga? La vi besándose con ese tío cuando ella me había dicho que no eran nada.
Estaba entre enfadado, decepcionado y me sentía un inútil de mierda. Hace unos días, al salir de clase, vi a Daphne comiéndose la boca con el tío con el que vive y con el cual me dijo que no tenía nada. Y vale, es un poco egoísta por mi parte tener estos pensamientos porque ella y yo no somos nada, pero no me gusta que me mientan y ella lo ha hecho.
¿Que estaba celoso? También.
—»O sea, si se besaron de esa forma en la puerta de la facultad, no me quiero imaginar lo que harán solos en casa.— puse una mueca de asco ante mis propias palabras y alejé de mis pensamientos ese tipo de imágenes.
—A ver, yo creo que está claro.
—Gracias Mara, me sirves de gran ayuda.— el sarcasmo era evidente.
—Oye tío, me pasaba lo mismo con Roxy al principio.— ambos dimos varias caladas a nuestros cigarros, soltamos el humo y Mara siguió explicando.— Yo era completamente hetero cuando la conocí, pero desde el momento en que la vi supe que algo no iba bien. No sé, ella al principio me ignoraba y yo la empecé a ver como algo imposible. ¿Será hetero? Pensé, y entonces ahí se me fueron las ilusiones.
Mara se quedó un rato en silencio, con la mirada perdida, y una gran sonrisa se cruzó por su rostro al recordad la relación con su novia.
—»Pero no me di por vencida, comencé a quedar con ella, al principio como amigas, hasta que ambas nos dimos cuenta de que sentíamos algo más.
—¿Qué me quieres decir con esto?— crucé las piernas y apoyé los codos en mis rodillas, prestándole atención.
—Que puedes hacer dos cosas: uno, pasar de ella e ir a por otra tía, dos: seguir juntándote con ella y no darte por vencido.
—Pf, no es tan fácil.— me reí ante mi desgracia.— Es que te aseguro que no viste a ese tío, era alto, estaba fuerte, tenía el pelo negro muy bien peinado y unos ojos azules preciosos, si Daphne está con él, no tengo nada que hacer, ni punto de comparación.
—El físico no lo es todo.
—Mara tú eres guapa, igual es normal que le gustases a Roxy.
Y tenía razón, Mara era una chica muy linda. Tenía piel oscura que hacía un perfecto contraste con sus ojos color café, la mayor parte del tiempo solía llevar todo su pelo trenzado; pero lo que más destacaba de ella, era el estilo que tenía vistiendo.
Mara estudiaba diseño gráfico aquí en Harvard, pero también se preparaba por su cuenta algunos cursillos sobre moda. Es por eso que muchas veces las paso solo en casa, pues ella tiene que irse algunos días a realizar el curso fuera u otros días pasa tiempo con Roxy.—Vale, te admito que soy guapa, pero la belleza no lo es todo.— Mara se levanta del suelo y se sacude sus pantalones.— Igual algún día deberías invitarla a casa, quiero conocerla.
—¿Quieres conocerla?— me reí ante su propuesta.
—Ajá, yo sé calar muy bien a la gente.— me apuntó con el dedo, presumiendo de su habilidad.— Así que si la conozco podría ayudarte mejor.
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(D)estrucción
Teen FictionMás intensidad, más pasión, más venganza. Los finales siempre serán comienzos cuando sigues teniendo un pasado en común. Daphne comienza su nueva vida en la prestigiosa Harvard. No necesita amor, no necesita amistad, no necesita nada. Venganza. Esa...