𝑬𝒍 𝒅𝒊𝒍𝒆𝒎𝒂 𝒅𝒆𝒍 𝒔𝒆𝒙𝒐 • [ ᴋᴏᴏᴋᴛᴀᴇ ]

01. Sentimientos

La alarma de su teléfono comenzó a emitir aquel clásico y característico tono anunciando que eran las 6:00am en punto. Con pesar estiro uno de sus brazos para alcanzar la pantalla táctil y aplazar la alarma al deslizar sus dedos sobre la pantalla, así terminando por apagarla. Se quedo algunos minutos aún durmiendo, pero siendo claramente conciente de que debía despertar cuanto antes para no llegar tarde a clases, de otra forma terminaría recibiendo un reporte por parte de sus profesores, ya llevaba dos de estos, uno último y sería suspendido de clases por algunos días, y eso significa perder valiosos aprendizajes y atrasar cada vez más su licenciatura.

Finalmente luego de unos minutos terminó por incorporarse en la cama, estaba sentado en el medio de esta observando sin ganas la ventana frente a el, aún no salia el sol en su totalidad por lo que la habitación se mantenía obscura, el silencio reinaba en el lugar, agradecía infinitamente aquello, nunca creyó encontrar tan buen lugar a un costo... consirablemente razonable, por no decir barato.

Si, era cierto que las paredes no tenían un color uniforme y el espacio era pequeño, únicamente tenía el espacio suficiente para su cama, un pequeño compartimiento que servía como cocina y un armario igual de pequeño en donde apenas y entraba su ropa, eso sin mencionar el baño, el cual era igual de reducido, pero estaba bien distribuido así que no se quejaba. Lo que más le había preocupado al principio (antes de alquilar ese "departamento") era tener que lidiar con vecinos quejumbrosos, grata fue su sorpresa al darse cuenta de que en el lugar casi nunca había escándalo, bueno, exceptuando los jueves por las noches en donde sus vecinos del piso de arriba se "divertían", si, era molesto escuchar gemidos y jadeos a las 11:00pm, pero podía soportar eso, nunca regresaría a la casa de sus "padres".

¿Quién carajos en su sano juicio regresaría a esa casa? Preferiría vivir antes en la calle que regresar a ese infierno.

—Maldición...—susurró antes de levantarse y caminar directo al baño, en donde se miró al pequeño espejo que estaba sobre el lavabo, su rostro estaba hinchado y sus ojeras se veían más marcadas de lo habitual—no fue buena idea desvelarse viendo Beastars.

Si, amaba perder el tiempo viendo anime.

Tomo su cepillo de dientes de al lado y lo coloco una pequeña cantidad de pasta dental antes de empezar a cepillar sus dientes con especial cuidado, eso sin dejar de verse al espejo, debía encontrar una forma de cubrir esas ojeras tan pronunciadas para no recibir un regaño por parte JiSu, la chica podía ser verdaderamente un dolor de cabeza cuando se molestaba.

Al terminar de cepillar sus dientes bebió un poco de agua directamente del grifo para poder enjuagar su boca quitando por completo la espuma. Terminó por lavar su rostro con un poco de agua para bajar la hinchazón, especialmente de sus mejillas. Salió del baño luego de unos minutos más y se acercó al armario para buscar un buen conjunto de ropa, optando por un pantalón de cargo, una camisa de manga larga bastante holgada y finalmente unas botas estilo militar, todo en color negro. Mentiría si no dijera que casi todo su guardarropa era de este color simplemente para evitar mandar a lavar la ropa tan seguido. No se confundan, Taehyung era muy limpio, es solo que los colores claros se ensuciaban con facilidad, y el no tenía el dinero suficiente para mandar su ropa a la lavandería casi todos los días. No era millonario. Finalizó arreglando un poco su cabello al cepillarlo y atando la parte de arriba en una pequeña coleta, dejando el resto suelto porque... bueno, se veía genial de esa forma.

Iba a usar un poco de corrector para cubrir sus ojeras pero este se le había acabado, ni hablar, tendría que soportar  el sermón de JiSu por al menos veinte minutos antes de que cambiará de tema y lo dejará en paz.