07. Consuelo

1.1K 90 23
                                    

Taehyung nunca se había considerado una persona sentimental, a decir verdad lloraba muy pocas veces, ni siquiera las bromas pesadas sobre su familia le afectaban al punto de derramar lágrimas, es por que su nuevo actuar lo había sorprendido.

Sobre todo porque había llorado en frente de un tipo al que apenas conocía.

Pero no pudo evitarlo, luego de aquellas palabras por parte de Park Jimin, y después de dejar en evidencia su sentir frente a Jeon, simplemente no pudo frenar aquel impulso de llorar como un niño pequeño en brazos del azabache.

Bueno, ya había pasado, no es como si pudiera borrarle la memoria a Jeon.

Después de ese bochornoso suceso  habían recibido un mensaje en donde les notificararon que las clases que tenían pendientes y en las cuales coincidían se habían suspendido.

¿La razón?

El profesor había presentado un malestar durante la mañana, por lo que no era recomendable para él quedarse hasta tarde.

De una o de otra forma a Taehyung le dio igual, no iba a asistir de todas formas, lo último que quería era convivir con el resto de sus compañeros en su estado.

No tenía ánimos para nada.

Bueno... para casi nada.

—¿Cuántas más vas a hacer? Deje de contar después de cincuenta.—Mencionó con voz de hastío, apoyándose sobre sus brazos al apoyarlos hacia atrás, mientras observaba a un jadeante Jeon a su lado hacer hacer flexiones para el pecho.

Se encontraba en pleno gimnasio, observando a Jeon hacer su rutina diaria de ejercicios, pues luego de haber llorado como un idiota en su pecho hasta cansarse se le hizo fácil seguirlo el resto del día.

Tampoco es como si tuviera alguna otra actividad más importante que hacer.

Y a decir verdad... era atractivo ver a Jeon hacer ejercicio.

—Cien...—Susurró un cansado azabache, bajo su cadera para poder descansar y miro de reojo al pelinegro.—Termine.

—¿Eh? ¿Hiciste cien flexiones?—Preguntó sorprendido Kim.—¿Eres un aficionado del ejercicio? ¿Una rata de gimnasio?

—De hecho esta es mi rutina más leve, suelo hacer más. Y... es un tipo de castigo.—Susurró.

—¿Castigo? ¿Por qué te castigas?

—Falte al entrenamiento, por eso lo estoy haciendo a esta hora, originalmente debí asistir al entrenamiento hace dos horas.—Suspiró al girarse para quedar acostado sobre su espalda.

Oh, hace dos horas estuviste conmigo.

Pensó Kim antes de mirarlo.

—Ya, por mi culpa no asististe.—Dijo para si mismo el pelinegro.—Eso explica porque somos los únicos en el gimnasio.

—Si, todos debieron irse hace una hora.

—¿Y por qué te empeñas en terminarlo? No es como si el profesor fuera a sancionarte, probablemente ni siquiera se dio cuenta de que no estabas presente.—Bufó.

𝑬𝒍 𝒅𝒊𝒍𝒆𝒎𝒂 𝒅𝒆𝒍 𝒔𝒆𝒙𝒐 • [ ᴋᴏᴏᴋᴛᴀᴇ ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora