𝑬𝒍 𝒅𝒊𝒍𝒆𝒎𝒂 𝒅𝒆𝒍 𝒔𝒆𝒙𝒐 • [ ᴋᴏᴏᴋᴛᴀᴇ ]

09. Deseo II

Entrar a la casa de Lila fue toda una experiencia, sobre todo para alguien como Jungkook, que nunca se había inmiscuido en ese tipo de ambiente, uno totalmente lleno de bullicio, alcohol y personas completamente llenas de euforia.

La música alta y las risas estruendosas ensorcedecieron sus oídos por un momento, al igual que las luces de colores de tonos llamativos que cegaban sus ojos entre cada tanto.

Taehyung caminaba delante de él, con una tranquilidad tan característica como siempre.

A Jeon le había extrañado como es que nadie estaba vigilando la entrada de aquella casa, es decir, si alguien que no fue invitado entraba nadie iba a darse cuenta.

Un pequeño tirón en su muñeca llamo su atención, dirigiendo su mirada al frente.

—Tendré que llevarte así, si no lo hago siento que voy a perderte.—Dijo Kim en voz alta.

El azabache solo asintió, dejándose llevar por el pelinegro.

Tenía razón, entre más se adentraban al lugar el aumento de personas se incrementaba, a un punto en el que incluso era difícil caminar.

Mientras pasaban entre el medio de la gente en el salón principal pudo divisar lo que Taehyung le había dicho. Chicos y chicas "bailando" con ímpetu, aunque más que bailar solo se movían de un lado a otro sin ningún tipo de espacio personal en el medio. Los que eran más atrevidos se besaban de forma desenfrenada, después de todo entre en medio de tanta gente más las luces parpadeantes y la música alta era difícil notar aquellas acciones.

O simplemente no les importaba ser observados.

Cuando salieron del tumulto de gente Kim afianzó el agarre en su muñeca, jalando de él hasta una barra en donde había todo tipo de bebidas, algunas más coloridas y creativas que otras.

—Hey, ¿Cuál es tu primera impresión?—Preguntó el pelinegro al soltar por fin su muñeca para buscar algo de su agrado en la barra.

—Es imposible bailar ahí.—Dijo con sinceridad.

Kim rió suavemente y asintió.

—Lo es.

Tomo de entre uno de los tantos vasos, tenía un color rosáceo y se veía lo suficientemente cristalino, estiró este hasta el rostro de Jeon y sonrió.

—Bebe esto.—Ordenó.

—¿Beber? No, sabes que no consumo alcohol.—Dio un paso hacia atrás para alejarse.

—Vamos~ se trata de tu primera fiesta. Además no pasará nada con esto, es lo más bajo en alcohol que hay aquí.—Ladeo su rostro sin dejar de sonreír.

—¿De verdad no va a afectarme?—Preguntó Jeon aún con duda.

—Ni un poco, confía en mí.

El azabache miro el vaso en la mano de Kim y suspiró antes de tomarlo, tragó saliva con fuerza, echando una última mirada al pelinegro quien no dejaba de sonreír. Decidido a confiar en las palabras de Kim finalmente ingirió todo el líquido color rosa.

Sus ojos se llenaron de pequeñas lágrimas a los costados, sintiendo una amargura indescriptible en la garganta. Dejo el vaso en la barra y masajeo su garganta como si con eso pudiera quitar la "picazón" que ahora sentía. Una expresión de desagrado se instaló en su rostro.