𝑬𝒍 𝒅𝒊𝒍𝒆𝒎𝒂 𝒅𝒆𝒍 𝒔𝒆𝒙𝒐 • [ ᴋᴏᴏᴋᴛᴀᴇ ]

08. Deseo I

Dicen que los adultos suelen ser más discretos en cuanto a lo que anhelan, muy diferente de una persona joven, un adolescente tiende a portarse caprichoso cuando no obtiene lo que quiere, farfulla, pelea y se aferra a su objeto de deseo, pero un adulto es más despreocupado, muchas veces reprime aquello que lo obsesiona, porque en esta vida se trata de llevar todo con normalidad.

Taehyung siempre fue una persona muy sincera con sus sentimientos, si algo le desagradaba simplemente bastaba observar su rostro para darte cuenta de lo mucho que odiaba aquello, sus palabras también lo delataban, pues sin ser plenamente consciente liberaba todo aquello que le acongojaba, lo molestaba o no era de su agrado, importandole poco si por ello terminaba perdiendo amistades o metiéndose en problemas.

En su corazón hasta ahora, solo existía una sola cosa que no podía revelar, algo a lo que se aferraba idiotamente, pero que también servía como un mecanismo de defensa para no lastimarse más:

Sus sentimientos por Park Jimin.

Sin embargo, el tipo de deseo que sentía por Jimin no era igual a lo que sentía por otras personas, es cierto que le habían gustado más personas aparte del rubio, pero el tipo de gustar que sentía por él iba en una escala muy diferente del resto.

Park Jimin era su objeto de deseo romántico, aquel amor frustrado desde la secundaria. El resto de personas simplemente pertenecían a una categoría menor, un gusto físico y momentáneo, algo que parecía atractivo a sus ojos.

Pero no causaba el suficiente gusto para dedicar mucho tiempo en conseguir su atención, es por ello que terminaba dejando esos gustos atrás, y concentrándose nuevamente en Park Jimin.

Sin embargo, y por extraño que parezca, Park Jimin nunca estuvo dentro de otra categoría que no fuera la del romance, Taehyung se imaginaba a sí mismo y al rubio en una relación, si, pero nunca tuvo escenarios más íntimos con él. En automático su mente bloqueaba todo tipo de pensamientos sexuales que involucraran al rubio.

Y vamos, no es que Taehyung fuera una casta y pulcra persona, el disfrutaba su sexualidad, pero Park Jimin no entraba en ese tipo de pensamientos. También es cierto que los últimos encuentros sexuales que Kim había tenido (y de los cuales ya había pasado mucho tiempo) habían sido totalmente irrelevantes, algo banal y que paso simplemente porque se dio la oportunidad, un mero desahogo de su cruel realidad.

El sexo es bueno, si, pero nunca había representado una parte importante de su vida, el sexo nunca había sido un deseo fundamental o necesario en la vida de Taehyung.

Bueno... eso es lo que pensaba hasta hace cinco minutos atrás.

—Ah...

Su mano subía y bajaba en lo largo de su pene, creando una fricción placentera de la cual se había privado hace mucho, su frente sudaba y mantenía la boca abierta dejando escapar cortos pero roncos gemidos.

—Mmm...—Apretó los labios, sintiendo cada vez más cerca su pronto orgasmo.

Llegados a este punto, no sabía en que momento había terminado así, recostado en el medio de la cama apoyándose en el respaldo de esta, sin sus pantalones y ropa interior y con la camisa alzada hasta el pecho, a si, y bombeando su erección en un intento de desahogo por sentirse mejor.

—M-Maldición...—Murmuró en un ronco gemido, girando su rostro hacia un lado mientras se lamia las comisuras de los labios.