Un Solo Camino

Capítulo 21

~Nací para esto~.

SOPHIE V.

Era doloroso, era... no sabía como explicar este dolor tremendo que tenía en mi pecho. Verlo tan vulnerable a mis pies... jamás había visto a Damián hacer eso. Pero... tenía que hacerlo, era su vida. Si yo no hubiera aceptado alejarme de él y no venir aquí a Rusia él iba a morir por mi culpa. Una vez más salvandolo de la muerte. Tuve que hacerlo por más que lo ame tuve que partirle el corazón como el lo hizo conmigo..

-¡Sophie!.-me gritan y mis pensamientos se dispersan.

-¿Ahora que quieres Jed?.-le pregunto al hombre que viene en mi dirección.

-No me hables así niñita. Soy tú mayor así que...

-Eh, eh, eh. No me importa si eres mayor que yo por... dos años o si eres un viejo, soy la manda más aquí. Me haces caso a mí, tienes órdenes de obedecerme Jed.-le digo acercándome a él.

-Sophie...

-¡Señorita!, no soy tú amiga, tú novia o conocida para que me llames por mi nombre, o me dices Señorita o señora líder o Señorita Volkova. Pero no me digas Sophie. Me obedeces.-le digo cerca de su rostro.

Debo admitirlo, es guapo, tiene una barba perfilada negra que hace contraste con su piel pálida. Sus ojos marrones me observan retadores desde su altura pero no me importa que mida dos metros. Aunque tenga unos cuantos años demás.

-Señorita Volkova, tiene que ir a una reunión.-me dice no muy convencido.

-Bien Jed. Ah y otra pequeña cosa... -le hago un movimiento con el dedo.- Cuando digo detente y para el maldito auto la próxima vez, te detienes. Te cueste lo que te cueste detienes el maldito coche.-le digo.

-Sí So... señorita Volkova.

-Bien, ahora tráeme un café batido con dos medias lunas.-le digo sentándome en mi cama.

-No me corresponde esa...

-¿Por qué estás contradiciendo la orden de mi nieta?.-pregunta su imponente voz.

Es igual a mi padre, aunque mi padre tiene 29 y este hombre como 40 y tantos.

-Señor Volkov... yo no...

-Obedeceme.-le dije mirándolo con altanería.

Asintió y salió de la habitación dejándome sola con el lobo.

-Abuelo querido, ¿que te trae por mis aposentos?.-preguntó.

-Estoy muy viejo como para venir y salvarte de un gorila, cariño.

-Pues se salvarme el trasero solita.

-Eso lo sé, pero te digo. Estos hombres que tienes y ves en la mansión no están acostumbrados a seguir ordenes de una mujer. Debes saber doblegarlos, saber como actúan a tu alrededor, como es el carácter de cada uno de ellos, para luego usarlo en su contra y a tú favor para matarlos si comenten una traición.

-Lo sé abuelo, no hace falta darme esta charla de nuevo. Se muy bien que hacer y como hacer las cosas.-se lo hice saber.

Se levantó se mi cama y fue hacia el gran ventanal en la habitación. Se quedó ahí observando el oscuro y frío bosque, con una mano en el bolsillo y otra sobre su bastón de hierro. ¿Que le habrá sucedido?.

-¿En que piensas querido abuelo?.

-En lo rápido que has crecido.-dijo dándose la vuelta.

Espere sentada en la silla de mi escritorio hasta que el se puso frente a mí.