Capítulo 18

32 5 0
                                    

Mini-maratón (2/2).

~Entenderlo todo duele~.

SOPHIE.

Lo había asesinado, había matado a mi abuelo Black, al esposo de mi abuela Clau.

-Lo siento abuelo Black.-le dije por última vez y lo arrastré hasta mi casa, era pesado el hombre, eh.

¿En serio estas bromeando Alina?.

Claro, ¿por que no?. Él se lo merecía.

¿No estas arrepentida Sophie?.

No, no lo estoy. Estoy feliz porque he terminado con un dolor más.

Le dije eso a mi conciencia, a mi otra yo. Mi otra yo era la Sophie James pacífica, amable y dulcemente inocente.

Mi otra yo era, Alina Volkova, hija del boss de la mafia rusa, nieta del ex boss de la mafia rusa. La cruel y sociopata Alina. Mi otra yo, que era Alina, fingía mucho más que Sophie. Sophie fingía no temerle a Damián Black, fingía no saber que ella había matado a su tía y cosas así.

En este momento eran mis dos personalidades juntas, inocente y sociopata, arrepentida y no arrepentida.

Bueno eso del arrepentimiento... ni la una ni la otra personalidad estaba arrepentida.

-¡Oh vamos, en serio pesas, eh!.

Le dije al cuerpo sin vida de mi querido abuelo, esposo de mi abue Clau, claro.

Llegue al jardín y nadie estaba afuera, todos estaban con la música alta dentro de la casa. Dejé el cadáver justo cuando entré a la cocina y vi que había algunos primos míos.

-¡Oigan hay cervezas en la habitación de Rodrigo, traigan más!.

-¡Cerveza gratis!.

Gritaron todos y salieron por la puerta. Aproveche ese momento de libertad y estire de nuevo el cuerpo del señor Black hacia la cocina, lo deje detrás de la puerta.

-Bueno... es-esto fu-fue más difícil para mi que para ti, abue. Solo quiero despedirme de ti, y decirte que...

Fingí estar sollozando para darle más placer al momento...

-...que te odio hasta la muerte.

Fui al sótano por dos botellas grandes de gasolina, derrame sobre el cuerpo del viejo Black, sobre la cocina y mesada, la puerta, los pisos y todo dentro de la cocina. Luego fui sigilosamente sin llamar la atención de los invitados y empecé a derramar sin que se dieran cuenta la gasolina, la mayoría estaban ebrios. Luego de terminar con la sala, fui al baño... escuchaban jadeos y...

Un Solo CaminoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora