CAPÍTULO 27

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ENERO 2021
NILS

Dos días sin verla y ya la echaba de menos
Había desperdiciado tanto tiempo sin ella que ahora la necesitaba a cada momento.

Menos mal que mi hermano había terminado el dichoso trabajo, no hubiese aguantado un día más sin besarla.

- Hola - saludó montándose en el coche. Me dedicó una sonrisa algo tímida. Parece que no se acostumbraba a tenerme como novio.

- ¿Hola? - pregunté levantando una ceja.

- ¿Cómo quieres que te salud...

La interrumpí dándole un beso que nos dejó sin aire a los dos.

- Así me tienes que saludar a partir de ahora - susurré sobre sus labios.

- Pues hola de nuevo - dijo para después darme un beso con más intensidad todavía. Se separó con la respiración acelerada y me miró - Tenía ganas de estar contigo.

- Ya me vas a tener siempre que quieras - le di un beso en la frente y puse el coche en marcha dirección al centro comercial más cercano a su casa. - ¿Te pasa algo?

- ¿Por qué dices eso?

- Tienes mala cara - observé. Tenía un poco de ojeras y estaba más pálida de lo normal.

- Llevo unas noches durmiendo regular, pero nada fuera de lo normal - sonrió - supongo que después de haber dormido contigo me cuesta acostumbrarme a la normalidad de dormir sola.

- Pues no te acostumbres. Yo quiero ser tú normalidad - le sonreí también.

A mi también me costaba más conciliar el sueño si no estaba ella, pero aún así la notaba algo rara. Decidí restarle importancia por el momento y cambié de tema

- ¿Qué tienes que comprar?

- Algunos pantalones - giré mi cabeza hacia ella - Para el trabajo - aclaró.

- ¿No tienes?

- Solo tenía dos negros y te recuerdo que uno de ellos lo rompiste la última vez con tu fuerza descomunal - dijo riendo.

- Me estaban estorbando, preciosa - la miré con una sonrisa pícara.

- Ya. Entonces tú deberías estar sin armario directamente, porque cada vez que te veo te sobra todo - sonrío de igual manera. Esta niña sabía cómo ponerme a cien en menos de dos segundos.

- No me provoques amor. No creo que quieras que te lo haga dentro de un coche.

- Que sabrás tú lo que quiero - dijo sin dejar de sonreír de esa manera que me estaba volviendo loco.

- Aina... - advertí.

- Ups. Hemos llegado - sonreí y negué con la cabeza.

Que cabrona.

Deje el coche en el parking subterráneo y de pronto me encontré entrando a todas las tiendas posibles. Vaya, con razón decía la gente que ir de compras con las mujeres era una maldita tortura. Y qué razón llevaban.

Se había probado quinientos pantalones y no se decidía por ninguno, y eso que todos eran negros y no se diferenciaban en apenas nada.

- ¿Y este? - preguntó por enésima vez en la enésima tienda.

- Si, ese está perfecto.

- Siempre dices lo mismo - puso los ojos en blanco.

- Porque siempre me enseñas los mismos - repliqué imitándola.

- No porque mira, la tela es diferente por lo tanto el tacto también. Tengo que ver que sea cómodo...

- Aina ya, por favor - no podía más - pruébate ese que seguro que te queda igual de bien que los demás.

TENTACIÓN [+18]  [TERMINADO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora