TENTACIÓN [+18] [TERMINADO]

CAPÍTULO 16

SEPTIEMBRE 2020
AINA

Después de cinco minutos en la puerta, se dignaron a abrir.

– Hey – saludó Cele a Nils chocando sus manos.

– Hola – saludé yo con una sonrisa.

– Hola, preciosa – contestó dándome un beso en la mejilla. Puse los ojos en blanco por el apodo que me había asignado y entré.

– ¿Dónde está tu hermano? - preguntó mi amiga después de haber observado la estancia.

– ¡¡ESTOY ARRIBA,SUBE!!- gritó Vinnie.

Cele subió las escaleras de dos en dos. Pues si que tenía ganas de verlo. Me giré hacia Nils que se había quedado al lado de la puerta.

– No he merendado así que ya te puedes imaginar el hambre que tengo. - dije cruzándome de brazos.

Soltó una carcajada y me indicó con la mano que lo siguiera.

– Si quieres comer primero me tienes que ayudar.

– ¿A qué?

– Vamos a hacer la mejor pizza del mundo. - dijo entrando en la cocina. Había un montón de cosas preparadas en platos.

– Yo no sé cocinar – respondí sintiéndome ridícula.

– Yo te enseño. Solo tienes que hacer lo que yo te diga.

– ¿Y si no quiero? - dije levantando una ceja. Se quedó callado por un momento y me observó detenidamente.

– No juegues conmigo, Aina – dijo con media sonrisa levantando el dedo índice de forma amenazadora.

– Mira yo me siento y te observo, así aprendo y el próximo día te ayudo – dije sentándome de verdad en una de las sillas.

– Levanta tu culo de ahí o no vas a comer –amenazó.

– Ya veremos si como o no.

– Quiero enseñarte una cosa, ven – dijo mientras movía los platos de un lado a otro. Le hice caso y me levanté para ponerme a su lado.

– No me vuelvas a desafiar – cogió un cuenco lleno de harina, sopló y esparció todo por mi cara, pelo y cuerpo. Me quedé de piedra. Lo escuché reírse a carcajadas mientras yo intentaba quitarme la harina de los ojos para poder ver.

– ¡Eres un idiota! - grité cogiendo un puñado de harina que había quedado en el cuenco para lanzarselo a la cara. Esto se había convertido en una guerra.

Me abalancé sobre él para poder pegarle en el pecho aunque no lo conseguí, me tenía las muñecas cogidas con sus manos.

– Pareces un muñeco de nieve – dijo sin parar de reír. Volví a intentar pegarle, pero cada vez me agarraba con mas fuerza.

– Y tú pareces tonto.

– Que creatividad. Idiota, tonto... deberías buscar un apodo mejor, preciosa.

– Si claro, es que preciosa es el mejor – gruñí dejando de moverme.

– Quizá no sea el mejor, pero es lo que mejor te define – respondió mirándome a los ojos, su cara y la mía muy cerca.

– Ya. Que pena que no pueda decir lo mismo – sonreí con suficiencia. Aunque por dentro mi corazón dio un vuelco.

– Creía que el creído de la relación era yo. Me sorprendes, Aina.

– No sabes lo mucho que puedo llegar a sorprenderte, Nils – remarqué su nombre.

– Demuéstrame entonces – se acercó más, su nariz rozando la mía.