JUNIO 2021
AINAEstábamos en una especie de celebración.
Había terminado con mi tratamiento y la terapia. Estaba bien al cien por cien. Había conseguido dejar todos los miedos atrás y no podía estar más orgullosa. Parte de mi recuperación se la debía a Nils. Me había apoyado en todo y desde que vino no me había dejado sola en ningún momento. Me acompañaba a todos los sitios necesarios, me animaba más que nadie y sobretodo, sabía hacerme feliz en cualquier momento.
- ¿Como se llama? - preguntó observando el sitio.
- El mirador de San Nicolás. Es el más famoso de todo el centro. - habíamos visitado cada parte de la ciudad en muchas situaciones, pero ahí no lo había llevado nunca porque quería venir en un momento más especial con él. Y qué mejor que mi total recuperación.
- ¿Y ese monumento de ahí? - dijo señalando al frente nuestra.
- La Alhambra.
- Así que ésta es la famosa Alhambra. Es preciosa - dijo embobado.
- Si, si que lo es. Vivir en granada es el sueño de mucha gente. - dije sonriendo.
- No me extraña. Tenéis playa, montaña, monumentos históricos y la comida es exquisita.
- Totalmente de acuerdo. - asentí. Para mi Granada era admirable en todos los sentidos. Estaba completamente enamorada de ella.
Nos sentamos en uno de los bancos que había libre mientras observábamos el ambiente y el paisaje.
Sacó su móvil y después de hacer mil fotos, nos hizo dos selfies. Uno mirando a la cámara sonriendo y otro dándonos un beso. Tenía claro que iba a enmarcar las dos fotos para tenerlas siempre conmigo.
Entramos a cenar a uno de los mejores restaurantes. No se situaba en el centro, pero con el coche no teníamos problema en movernos.
Nos pusieron una mesa bastante romántica. Sus velas, rosas y todo. Nunca me había gustado mucho lo cursi, pero había momentos en los que la situación lo requería.
Después de cenar decidimos ir a casa para descansar. Llevábamos todo el día andando y visitando lugares, estábamos bastante cansados.
Entré en el coche y suspiré. Me dolían las piernas una barbaridad. Me masajee los muslos mientras Nils ponía el coche en marcha.- ¿Quieres un masaje después? - preguntó con un tono pícaro.
- Últimamente cada vez que me das masajes acabo más cansada todavía. - respondí riéndome. No éramos capaces de acabarlos, siempre terminábamos haciéndolo.
- Es verdad. Pero los finales felices gustan más - me guiñó el ojo.
- Ya. Y los principios también - dije desabrochándome el cinturón.
- ¿Qué haces? Póntelo anda.
- Tranquilo. Tu concéntrate en conducir que yo me encargo de lo mío. - dije inclinándome hacia él.
- No creo que sea buena idea, preciosa - dijo riendo mientras empezaba a repartirle besos por el cuello.
- Demuestra tu concentración - susurré en su oído. Me encantaba ponerlo al límite, disfrutaba como una niña pequeña.
Fui bajando de su cuello a su hombro, dejando besos húmedos y de vez en cuando pasando la lengua de forma provocadora. Llevé una de mis manos hasta su entrepierna, tocando suavemente. Estaba bastante excitado y eso solo hizo avivar mis ganas de seguir. Desabroché el botón de su pantalón y metí la mano sintiendo su dura erección. Sin dejar de moverla, volví a pasarle la lengua por el cuello viendo como se le ponían los pelos de punta.
- Sabes que no puedes jugar conmigo amor - dijo con voz ronca.
- Oh. Claro que puedo, ahora mismo te lo voy a demostrar. - respondí inclinando todo mi cuerpo a su entrepierna, incluyendo mi boca.
- Te juro que te la voy a devolver - gruñó.
- Quítame entonces - dije pasando la lengua por la punta de su miembro.
- No quiero.
- Ya - dije riendo. No tenía ningún control ya me lo había demostrado.
Empecé saborearla con mi boca mientras no dejaba de tocar con mi mano. Subí y bajé infinitas veces, escuchando cómo se contenía por no gemir fuertemente. Los sonidos graves que salían de su boca era lo que más me excitaba. Pasé la lengua de nuevo por la punta y colocó una mano en mi cabeza, empujando hacia abajo. Sonreí ante el descontrol que estaba demostrando y no opuse resistencia a su dureza. El coche dejó de moverse por un momento y me extrañé, pero no paré.
- ¡El semáforo está en verde, date prisa! - escuché a alguien gritar ya que teníamos las ventanas abiertas.
- ¡Mi novia me la está chupando, gilipollas ¡Adelanta! - gritó Nils por la ventana. Tuve que contener las ganas para no reírme.
Los coches seguían pitando y la gente gritando, pero mi novio estaba fuera de juego. Se había quedado parado en mitad de la carretera sin importarle nada.
Intensifique mi movimiento cuando agarró mi pelo con las dos manos, dándole el ritmo que necesitaba. Segundos después pude sentir su líquido recorriendo toda mi boca y mi garganta. Abroché de nuevo su pantalón y subí lentamente hasta darle un beso en los labios.
- ¿Por qué te paras? - pregunté inocentemente.
- Vas a pagarlo muy caro, amor - dijo riéndose.
- No sé de qué me estás hablando - me hice la tonta - pero quiero mi masaje, así que vamos - sonreí haciendo que pusiese el coche en marcha en menos de un segundo.
Llegamos a casa y me alivie ya que mis padres estaban dormidos. No era un problema para nosotros hacerlo en mi habitación, estaba separada por una gran distancia en cuanto a la de mis padres.
Al principio me dio mucha vergüenza saber que ellos estaban en la misma casa, pero un día tuve una conversación con mi madre y sin yo decirle nada me dijo que entendía que tuviese mis necesidades con mi novio. Lo agradecí, pero aún así teníamos mucho cuidado y hacíamos el menor ruido posible.
Nos tumbamos en la cama después de ponernos el pijama y como sabía, tuve mi parte de masaje con final feliz
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TENTACIÓN [+18] [TERMINADO]
Подростковая литератураAmar no entra en los planes de ninguno. Aina es extrovertida y atrevida. Nils es eso y mucho más. ¿Qué pasará cuando ambos empiecen una especie de juego? ¿Serán capaces de detenerse o caerán en la tentación? Un viaje y muchos sueños. La vida de ambo...