Capítulo 55: Castigo Divino

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A mí no me gustan mucho los bebés.

Tal vez si los tengo sólo por unos minutos, siendo consciente de que sus padres van a irlos a buscar en media hora, no hay problema alguno. Después de todo, no son míos.

Pero ahora estaba a cargo de cinco demonios con otros dos híbridos que, a veces se comportaban como bebés.

¿Cómo es que yo Choi Youngjae, quedé al cuidado de los hijos de mi mejor amigo Jinyoung y su novio-demonio Jaebum? Todo fue culpa de Mark y Jackson.

¡Jackson tuvo un celo repentino y Mark apareció de pronto en mi casa, llevando a los cinco niños, diciéndome que llego el momento de responder yo por mis sobrinos.

Diosito, ¿qué he hecho para merecer esto?

--¡Es mío! —gritó BamBam, agarrando la cola de su peluche Nick y tirando de él—. ¡Suéltalo!

--¡No! —gritó Hyunsik, enfurecido, agarrando al juguete de la cabeza—, ¡ Su-el-la-lo tú!

--¡Sí! ¡Suelalo! —concedió Jooheon, agarrando a su hermano mayor de la cintura para apoyarlo.

Yugyeom, en tanto, estaba agazapado sobre la mesa, rechinando sus dientes sosteniendo a Yugi contra su regazo. El menor de los Park sólo ronroneaba, ignorando que Hyunjin y Nora estaban siseando a Yugyeom, ordenando que soltarán al gatito menor.

¿Y yo? Yo estaba a punto de romper a llorar por el desastre.

--¡Basta, no hagan eso! —regañé, acercándome primero a BamBam—. ¡BamBam entrégales ahora el peluche!

--¡Pero es mío! —reclamó, soltando el juguete, y debido a que los chicos seguían tirando, se fueron hacia atrás, cayendo de espalda.

--¡MIAAAAU! —chillaron, antes de romper a llorar.

--¡Ja, eso les pasa por idiotas! —se burló BamBam, arrancándoles el peluche.

--¡No, BamBam, entrégamelo ahora! —ordené, enfurecido.

BamBam me sacó la lengua.

--¡Youngjae apesta, Youngjae es un idiota —cantó desafinadamente, corriendo hacia nuestro cuarto.

Estaba teniendo un dolor de cabeza en ese instante.

Me acerqué a ayudar a los niños, poniéndolos de pie mientras limpiaban sus ojos, y les dije que fueran a jugar al patio, que había una pelota por si querían usarla.

Luego de eso, fui a la mesa, hacia Yugyeom que ahora les enseñaba los dientes a los niños.

--Yugyeom —dije con voz grave—, dame a Yugi, ahora.

Mi conejito hizo caer sus orejas, sus ojos llenándose de lágrimas.

--¡Pero es mi bebé! —balbuceó, negando con la cabeza.

--No, no lo es —contesté, importándome poco si sonaba demasiado duro porque estaba frustrado.

Yugyeom, titubeante, me dio al menor de los Park, que me miro con ojos inocentes.

--¿Miau? —balbuceó.

--Ve a jugar con tus hermanos —le dijo dulcemente, dejándolo en el suelo, y Nora y Hyunjin le tomaron la mano, llevándolo al patio.

Yugyeom se puso a llorar al verlo partir.

Froté mi frente.

--¡Eres malo! —sollozó, sorbiendo por su nariz—, ¡Te odio!

Rodé los ojos.

--¿Por qué lloras, Browny? —apareció de pronto BamBam, sus orejas levantadas en señal de alarma, y tomó al conejo en brazos—. No llores, bebé grandote. ¡me rompes el corazón!

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⏰ Última actualización: Mar 24, 2022 ⏰

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𝔐𝔦 𝔊𝔞𝔱𝔬 𝔊𝔯𝔲ñ𝔬𝔫 (𝔄𝔡𝔞𝔭𝔱𝔞𝔠𝔦𝔬𝔫)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora