Capítulo 42: El Chico Perro

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A mi bebé Yugi le costó un montón adaptarse a su nueva rutina, y cada vez que lo iba a buscar a la guardería, se venía llorando en mis brazos balbuceándome que no le gusta estar allí, que quería estar en casa y acurrucarse junto a mí.

Le dije al tonto de Jinyoung que lo sacáramos de ese feo lugar, pero mi estúpido novio insistió en dejarlo almeno un mes en la guardería, y los llantos y maullidos de mi bebé se fueron calmando de a poco, aunque lo podía seguir notando cohibido y nervioso.

Yugi se ponía demasiado nervioso cuando desconocidos se le acercaban, incluso si esos desconocidos eran niños. ¡Incluso corría a mis brazos cuando tocaban el timbre de la casa, maullando entre lloriqueos!

Era difícil tenerlo, pero nunca podría arrepentirme de estar con él, y sabía que Jinyoung pensaba igual que yo.

Cuando llegamos a la guardería, Wheein se acercó, y el rostro de Yugi se iluminó, tambaleándose para ser tomado en brazos y solté un bufido en voz baja, causando que Jinyoung se riera, sacudiendo la cabeza debido a mis evidentes celos, ¡pero no quería que nadie me quitara la atención de mis demonios!

Incluso debía controlarme con los amigos de mis niños, que eran irritantes y estúpidos, no como mis bebés.

Nora solía jugar con una niñita que era hibrida de un oso panda llamada Jamie, y otra hibrida de conejito llamada Yerin; por otro lado, Hyunsik andaba con dos chicos humanos llamados Min hyuk y Sung jae, Hyunjin jugaba con un niño llamado Jisung, y Jooheon compartía su tiempo con Changkyun y Hyungwon. El único que no tenía un compañero de juego que no fueran sus hermanos era Yugi, pero al menos me aliviaba que Wheein estuviera siempre con él, sin abandonarlo.

--¿Crees que lo dejen solo? —pregunté una noche, a las tres de la mañana.

Jinyoung, por supuesto, no me contestó porque estaba roncando a mi lado.

Me giré, irritado, y froté mi cabeza contra su cuello ronroneando.

Oí su quejido.

--Mmm,,, ¿Jae...? —farfulló amodorrado.

--¿Y si Hyunsik, Hyunjin, Jooheon o Nora dejan solo a Yugi? —pregunté apenado.

--Sí, yo... uh... también te quiero...

¿Acaso ese imbécil no me estaba escuchando?

Enojado, me subí sobre él, gruñendo por la molestia, y comencé a pasar mi lengua áspera por su rostro, sabiendo que eso iba a terminar despertándolo.

--¡Ya! ¡Ya! —se quejó abriendo los ojos—. ¿Qué ocurre, Jaebum? Son las tres de la mañana...

Inmediatamente me sentí culpable, considerando que debía trabajar en unas horas más, ¡pero de verdad estaba preocupado! Y cuando estoy preocupado no puedo dormir, así que andaría de mal humor después, y si andaba de mal humor entonces Jinyoung se irritaría, ¡estaba evitando un enorme problema!

--Hoy los niños nos contaron que tenían amigos —dije vacilante, sus manos acariciando mi cintura mientras mi cola se sacudía en la oscuridad—, pero solo Yugi se mantuvo caladito y no me dijo nada, y noté que estaba extraño. ¿Qué pasará si ellos lo dejan solo y luego no lo quieren?

La expresión de Jinyoung se tornó seria y pensativa mientras suspiraba, empujándome para que me acurrucara contra su pecho. Por supuesto, no iba a decirle que no, me gustaba oír los latidos del corazón de Jinyoung mientras me abrazaba.

Cuando Jinyoung me abrazaba, sabía que estaba en casa.

Acarició mi cabello.

--Eso no pasará, Jaebum, los niños quieren mucho a Yugi.

𝔐𝔦 𝔊𝔞𝔱𝔬 𝔊𝔯𝔲ñ𝔬𝔫 (𝔄𝔡𝔞𝔭𝔱𝔞𝔠𝔦𝔬𝔫)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora