Capítulo 29: Pequeñas Papitas

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Jaebum llevaba durmiendo cerca de diez horas, ajeno a todo el mundo, mientras yo miraba a los bebés despertando lentamente, moviendo sus pies y manitos de forma descontrolada.

Les sonreí, asomando sobre la cuna, y uno de ellos, Jooheon, tendió sus bracitos, así que lo tomé cuidadosamente en brazos.

--¿Qué pasa mi amor? -le arrullé en voz baja, no queriendo despertar a Jaebum.

Luego de ese parto quería que durmiera todo lo posible y descansara su cuerpo.

Jooheon bostezó, moviendo su colita sin control, y tomé la mamadera que la enfermera me dejo minutos atrás para que le diera a los bebés y pudieran alimentarse. Jaebum no producía su propia leche, por lo que debíamos alimentarlos con biberones y leche con suplementos.

El bebito comenzó a tomar leche de forma desesperada, mirándome con sus ojitos entrecerrados, y le besé la mejilla con orgullo, contento de tener a esos pequeños bebés conmigo. Sabía que se venían momentos difíciles y que dormiríamos poco los siguientes meses, pero estaba demasiado feliz como para estresarme en ese momento por aquello. Quería disfrutar a mi nueva y enorme familia, además de mimar mucho a Jaebum por darme tan lindo regalo a pesar de que al principio fuera todo un accidente.

Por supuesto, eso no se lo diríamos jamás a nuestros bebés.

Deje a Jooheon en su cunita una vez terminó de tomar su leche, y ahora lleve contra mi pecho al pequeño Yugi, llevándole el biberón a la boquita.

--¿Dónde están mis papitas feas? -murmuró de pronto Jaebum detrás de mí.

Me volteé, viéndolo frotando sus ojitos mientras bostezaba, con aspecto cansado, para luego sonreírme débilmente.

Le devolví la sonrisa, yendo a sentarme a su lado, y prácticamente me quito a Yugi de los brazos, haciéndolo llorar.

--Ay, no llores, papita fea -arrulló ofreciéndole la mamadera que el bebé no dudo en tomar-, sé que tu horrible papá te asusta, pero no te preocupes, yo voy a protegerte de él.

--¿Disculpa? -farfullé

--Anda, toma a otra papa, hay que alimentarlas -me regañó como si no me hubiera ofendido minutos atrás.

Maldije en mi interior, negando con la cabeza, para luego hacerle caso y tomar ahora en brazos a Hyunsik, poniendo un biberón en su boca.

--No les digas así, Jaebum los asustarás -le dije sentándome a un costado suyo.

Me miro con mala cara.

--Puedo llamarlos como quiera, hasta Nemo y Snorlax si quiero -replicó para luego sacarme la lengua-. Son mis papas no tuyas.

Suspiré, negando con la cabeza, para luego besarle la mejilla.

--Son bebés, Jaebum no papas feas -seguí regañando.

Arrugó el ceño, acurrucándose en la cama con el pequeño Yugi en brazos, que seguía tomando leche del biberón como si nada, contento de estar en los bazos de su papi, Hyunsik por otro lado, dejó de mamar para luego mover sus orejitas, moviendo sus manitas sin control.

--Son mis papitas arrugadas y feas -ronroneó frotando su mejilla contra la cabecita de Yugi, y como respuesta, el bebé soltó la mamadera, cerrando sus ojos.

Oímos un ronroneo proviniendo del pequeño bebé.

Jaebum lo miró, orgulloso, en tanto yo parpadeaba de la sorpresa.

--¡Eres anormal, como tus hermanos! -dijo Jaebum feliz, elevando a Yugi en los aires-. Menos mal, Yugi, porque ya me estaba preparando para abandonarte en un orfanato, no quiero bebés sólo humanos.

𝔐𝔦 𝔊𝔞𝔱𝔬 𝔊𝔯𝔲ñ𝔬𝔫 (𝔄𝔡𝔞𝔭𝔱𝔞𝔠𝔦𝔬𝔫)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora