Capítulo 54: Cascada

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--Quiero volver.

Miré a Jaebum, que sorbía por su nariz gracias al leve resfriado que agarró, y lo miré con preocupación.

--¿Qué dices, bebé? —le dije con amor—. Aún tenemos un largo panorama, nos quedan cuatro días todavía aquí y...

--Extraño a los niños —lloriqueó desde la cama—, Mark me los quiere robar y....

--Mark no va a robarse a nadie, Bummie —contesté, sentándome a su lado—. Anda, salgamos un ratito, ¿está bien? Ya estás mucho mejor y...

--¡No, quiero volver! —pidió como un niño pequeño, siseando mientras su cola se tensaba—. Odio esta isla, huele mal, y los niños...

--Los niños están bien, Jaebum —respondí, tratando de sonar paciente—. Vamos, podemos comer fuera...

Pero Jaebum me ignoró, abultando sus labios en señal de disgusto, girándose y dándome la espalda, envuelto en su sábana. Entendía que Jaebum quisiera mucho a los niños, más aún con ese instinto animal que tenía, pero ¿no podía poner un poco más de su parte? Estábamos de vacaciones solos por primera vez en tres años, y estos días estuvo enojado, amargado y gruñón todo el día, murmurando sobre los bebés a cada instante.

Planeé muchas cosas para este viaje como Ye-eun me recomendó, pero nada estaba saliendo como lo esperaba.

--Jaebum, cariño —dije, queriendo llamar su atención—, vamos, podríamos ir a las cascadas y luego a comer algo...

--Volvamos a casa —lloriqueó, mirándome entonces con ojitos de Gato con Botas.

Pero no iba a convencerme. No ahora.

--No —le dije con firmeza, poniéndome de pie—, vamos a salir. Además, nuestros pasajes son para el sábado, todavía queda mucho tiempo.

--¡Entonces adelanta el viaje! —exigió—. ¡Eres malo, Jinnie!

--¿Yo soy malo? —farfullé—. ¡Quiero salir contigo, hacer muchas cosas, pero tu estas comportándote como un niñito!

--¡Tuvimos que haber traído a los bebés en primer lugar!

--¡Son vacaciones para los dos! —respiré para calmarme—. Vístete ahora, vamos a salir.

--¡No quiero salir! —Jaebum gruñó, y me eche hacia atrás, sabiendo que podría rasguñarme—. Ve tú solo a esas tontas cascadas.

Lo observe un instante en silencio.

--Está bien —declaré, mirando su expresión de sorpresa—, si no quieres ir, entonces quédate aquí solo. Yo iré a divertirme.

--¿Qué?

--Eso —fruncí el ceño, mis labios haciendo una mueca de disgusto—, gasté mucho dinero en este viaje, en este hotel, y no pienso desperdiciarlo —lo miré acusadoramente—, Te concedo cada uno de tus caprichos y aun así parece no ser suficiente para ti —sabía que quizás estaba siendo algo cruel, pero no me importaba porque ya había perdido la paciencia—. Trabajo todos los jodidos días para lograr que tú y nuestros niños tengan una buena vida, no les falta nada, y cuando quiero pasar tiempo a solas contigo, ¡te comportas así! —él me miraba encogiéndose cada vez más entre las sabanas—. ¡Si quieres quedarte aquí, bueno, pero yo saldré a disfrutar estas vacaciones!

Jaebum abrió la boca, sin embargo, no salió palabra alguna de ellas.

Bufé, girándome y agarrando una gorra para protegerme el sol, tomando después una mochila para llevar mis útiles personales. Mi novio me contemplaba en silencio, sin decir nada, atónito todavía.

𝔐𝔦 𝔊𝔞𝔱𝔬 𝔊𝔯𝔲ñ𝔬𝔫 (𝔄𝔡𝔞𝔭𝔱𝔞𝔠𝔦𝔬𝔫)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora