Final
Seis meses después
—¿Quieres compartir con nosotros que aprendiste en la sesión de hoy, Naruto?
Naruto apretó la delicada mano de Hinata que estaba su lado y asintió al terapeuta de pareja llamado Yamato.
—Aunque me gusta tener el control..
—¿Te gusta?— le interrumpió Hinata algo divertida.
Naruto sonrió y apretó sus delgados dedos y le hizo una seña que esperara su turno.
— De acuerdo, aunque soy un "fanático" del control—, aclaró mirando con las cejas alzadas a Hinata. Su mujer sonrió y él volvió a mirar a Yamato —. No tengo poder en las acciones que pueden hacer los demás, sólo puedo controlar cómo lo tomó y de allí decidir que hacer.
Yamato sonrió mientras anotaba algo en su libreta. Luego miró a Hinata.
—¿Quieres agregar algo Hinata?
— Yo aprendí, que aunque tenga un marido obseso del control, también puedo tomar mis propias decisiones y él puede llegar hasta donde yo le permita.
Yamato asintió, escribiendo algo más y luego cerró su libreta.
— Me alegra ver cómo crece su relación a pasos agigantados—, comentó mientras cruzaba sus piernas en el ancho sofá individual mientras ellos estaban en uno de dos cuerpos—. Me tienen asombrado, especialmente tú, Naruto —, dijo mirándolo directamente.
Naruto sintió que su rostro se calentaba.
—Me sorprende como has cambiado, de ese hombre enojado y avergonzado, con tus brazos cruzados y tu expresión ceñuda. Diciendo que la terapia no serviría de nada. Me alegra ver qué has cambiado de opinión.
Naruto asintió.
Al principio no había sido fácil, él había estado reacio a ir, pero le había prometido a Hinata que lo haría por ella. Aprendió muchas cosas, cosas que tenían que ver con él mismo. Nunca se lo habría esperado, pero resultó una experiencia liberadora ir a terapia. Y hacerlo con Hinata había sido bueno, primero con el asunto del intento de homicidio y luego con los repentinos celos...
Celos de su parte, ya que Hinata había cambiado mucho con ellos. Pero él también había cambiado.
Los primeros meses fueron difíciles, por las heridas de Hinata, por su inicio de relación complicada. Naruto jamás se había sentido inseguro, pero con Hinata no tenía la coraza que había puesto con otras mujeres. Discusiones sin sentido, palabras algo hirientes, él estaba arrepentido de todo ese desastre.
Hinata le había dado una tercera oportunidad. Porque si, ella lo había dejado cuando se había pasado de la línea diciendo estupideces.
Ahora ambos estaban mejor, no sólo físicamente, sino emocionalmente. Estaban más unidos que nunca, peleando con el mundo juntos.
Naruto también aprendió que él no podía destruir monstruos, él era un simple hombre que peleaba con los suyos propios, sería algo injusto. Lo intentaba, día a día, como detective de homicidios sus monstruos eran del mundo real, pero él no era Dios omnipresente. Daba lo mejor de si en su trabajo, pero ya no se sumergía en él.
Porque él no podía internarse en la oscuridad todo el tiempo, tenía que tener su luz. Él agradecía volver a su nueva casa con Hinata cada noche, su lugar cálido e iluminado.
—¿Los espero la semana que viene?— preguntó con una sonrisa el terapeuta.
Ambos asintieron sin dudar. Después de saludar a Yamato, ambos salieron de su consultorio agarrados aún de la mano.

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Destino
RomanceHinata quería disculparse por su mal comportamiento en su adolescencia con su único amor. Naruto no puede siquiera verla, está lastimado profundamente. ¿Pero será una mala jugada del destino que un asesino en serie que está investigando Naruto haya...