Reencuentro

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Reencuentro

Hinata jugo con el borde de la taza de café mientras se mantenía quieta sobre la silla incómoda y la habitación fría. Su mirada estaba perdida en la puerta cerrada por dónde Naruto había salido hacia sólo unos minutos cuando la llevó a esa habitación y la dejó sin decir otra palabra.

Ella todavía seguía shockeado de encontrarlo allí. Se había asustado al abrir su correo para encontrar esa nota de un anónimo. No pudo descartarlo, hacia muy poco tiempo una mujer de uno de los edificios cercanos de su trabajo, había recibido notas parecidas y a los pocos días había aparecido muerta. Hinata no sabía mucho de qué había pasado, pero los rumores habían llegado hasta su edificio.

Había decidido no molestar más a Naruto. Ella lo había lastimado con sus celos y se notaba que no sentía más que rencor por ella. Había hablado con su terapeuta, Kurenai le dijo que debía sentirse orgullosa. Por lo menos lo había intentado.

Comenzó a morderse las uñas al recordar como se había quedado sin respiración cuando él se había volteado. Las fotos no le habían hecho justicia, era un hombre demoledor. No sólo había crecido en altura unos pocos centímetros más, desde que no lo veía. Sus hombros se habían vuelto anchos, su mandíbula dura y masculina estaba llena de barba dorada opaca. Sus ojos no eran tan luminosos, ahora había una sombra que lo volvía misterioso, inteligente y lejano. Sus enormes manos la habían tomado de los brazos cuando se tambaleó y él le hizo recordar que respirara en voz baja y rasposa. Su cuerpo había reaccionado a él, a su perfume embriagador cuando tomo una profunda inhalación para llenar sus pulmones vacíos.

Ella recordaba que él le había contado que deseaba ser policía, pero no sabía que había cumplido su sueño. No sólo eso, era detective y el jefe de los hombres que le habían tomado la denuncia.

Un escalofrío le corrió por la espalda al recordar la nota.

¿Ella estaba en peligro?

No le importaba lo que pasará si eso le daba la oportunidad de disculparse con Naruto de manera personal. Era lo único que quería...

Hinata tomó un sorbo de café e hizo una mueca cuando el líquido bajo por su garganta frío y amargo. ¿Hace cuánto estaba en esa habitación? Recordaba que Naruto la había dejado allí con la taza humeante.

Dejó la taza en la mesa y juntó sus manos en su regazo, las retorció entre ellas y suspiró. Su vestido negro parecía resaltar en la habitación gris, ella parpadeó mientras miraba las paredes y luego se concentró en la mesa. Revisó su reloj de pulsera, notando que aún tenía tiempo para llegar a la oficina, pero podía pedir el día si no llegaba. Tenía algunos favores por cobrar. Ella tomó su bolso que Naruto había puesto en la mesa y lo puso en su regazo para buscar su celular. Lo sacó y entró a la aplicación de WhatsApp para buscar el chat de una de sus compañeras...

—Guarda ese teléfono, Hinata.

Prácticamente saltó en la silla, el teléfono casi cae al suelo, pero ella pudo recuperarlo. Levantó la mirada para ver cómo Naruto cerró la puerta lentamente sin mirarla.

—Yo..— tratamudeo, pero bajó la mirada mientras bloqueaba el celular—. No sabía si podría llegar a la oficina. Quiera avisar— se escudo en un susurro.

Ella lo guardó de todos modos.

—Lo siento por la demora— dijo sin emoción mientras se sentaba en la silla del otro lado. Hinata buscó desesperadamente su mirada, pero él tenía los ojos en un expediente que abrió sobre el material de hierro—. ¿Recibió esta nota hoy a la mañana?— preguntó mientras leía algo.

Hinata tomó una respiración y ella también desvío la mirada, concentrándose en las manijas de su bolso.

— Reviso mí correo apenas llega. Siempre tomo un café con Jiraiya..

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