Karma
Naruto tardo casi tres semanas en contestar. Ella sabía que lo había leído la misma noche que ella se lo mandó, pero tardó en contestar.
La paciencia que tenía tembló mientras esperaba alguna respuesta, aunque estaba preparada para recibir ninguna.
Estaba casi rendida cuando vió el mensaje.
"Hola Hinata. La verdad es que me tomaste totalmente fuera de honda que me mandaras un mensaje... Mí vida está bien. ¿Y la tuya?"
El mensaje tenía tan solo diez minutos, pero ella no pudo controlarse para contestar rápidamente.
"Hola Naruto. Me alegra tanto recibir tu respuesta. Mí vida es... Bueno. Bien"
Sonrió al ver que los tildes de leído aparecieron a los pocos segundos y su corazón comenzó a latir ferozmente cuando aparecieron los puntos que decían que él estaba contestando. Espero, espero, mientras los puntos desaparecían y luego volvían a aparecer. Desaparecían una vez más y luego volvían. Por fin los puntos terminaron cuando llegó una corta respuesta.
"Que bueno"
Ella se desinfló. Pero se aguanto y escribió.
"Se que debes creer que es muy raro que te mandé mensaje. Pero me gustaría hablar contigo"
Hinata se mordió las uñas mientras los tildes de leídos aparecieron apenas mando el mensaje. Ella espero, pero los puntos no aparecieron, después de diez minutos se dió cuenta que no respondería. Suspiró y decidió mandarle su número, pidiéndole que le mandara una mensaje o la llamara si en algún momento podía. Le juró que no era su intención desordenar su vida, sólo necesitaba decirle unas cosas para continuar con la suya. Aunque también entendía si él no quería.
Ella habló con su terapeuta sobre ello. Kurenai le aclaró que era normal que Naruto estuviera reacio, después de todo, ambos habían sufrido por las inseguridades de su interior. Hinata comprendió y se hizo más, y más paciente.
Después de una semana, su teléfono comenzó a sonar a altas horas de la madrugada. Ella estaba media dormida, pero atendió.
—¿Hola?— murmuró con la voz rasposa.
El silencio fue su respuesta, ella parpadeó, intentando quitarse el sueño y se sentó en la cama.
—¿Hola? ¿Hay alguien allí?— preguntó mientras se pasaba la mano por la cabeza, quitándose cabellos de la cara.
Hinata se congeló cuando escuchó una respiración del otro lado, un escalofrío le recorrió por espinal dorsal y un presentimiento le hizo hacer la siguiente pregunta.
—¿Naruto?— murmuró.
Ella tembló al escuchar un leve ruido, como un gruñido enojado, pero él no contestó. Por el fondo escuchó el ruido de la televisión ahora que no estaba tan dormida. Miró su mesita de luz, observando su reloj despertador. Eran las 3:15 de la madrugada.
—¿Eres tú, Naruto?— volvió a preguntar.
Retuvo la respiración, cuando del otro lado tomaron aliento de manera audible.
—¿Por qué me mandaste mensaje, Hinata?— estuvo a punto de llorar al escuchar su voz más profunda, su voz arrastrada le decía que había bebido—. ¿Encontraste una nueva cosa para reclamar?
Hinata cerró los ojos y lloró en silencio, sabiendo que en parte, se merecía un poco su enojo. Ella lo había tratado mucho peor.
—Na-Naruto—, tartamudeo y sollozó.

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Destino
RomantizmHinata quería disculparse por su mal comportamiento en su adolescencia con su único amor. Naruto no puede siquiera verla, está lastimado profundamente. ¿Pero será una mala jugada del destino que un asesino en serie que está investigando Naruto haya...