𝑨𝑵𝑶𝑻𝑯𝑬𝑹 𝑳𝑶𝑽𝑬, 𝚓𝚊𝚜𝚙𝚎𝚛 𝚑.

xiii. Horror story.

CAPÍTULO TRECE | HISTORIA DE HORROR

STELLA MIKAELSON

Jasper lleva unos días raro, parece estar en un conflicto interno y trato de distraerlo lo más posible y animarlo. No me molesta que no quiera decirme lo que está pasando y respeto su decisión ya que el Hale tampoco sabe mucho sobre mí.

Como prometí, el viernes vimos Harry Potter y descubrí que el Mayor es de Ravenclaw con un pie en Hufflepuff, mientras que yo soy completamente Slytherin.

Salí de mis pensamientos cuando escuché sonar mi celular en la mesita de noche, me di la vuelta en la cama y tomé el dispositivo viendo el nombre de mi padre parpadear en la pantalla.

—Hola papá. —dije sonriendo mientras respondía.

—Hola mi amor ¿Estás bien?

—Sí.

—Llamé para pedirte que tengas mucho cuidado en Forks, hay tres vampiros nómadas que están cazando en el vecindario y tal vez estén buscando problemas. —alertó el híbrido e inmediatamente recordé las muertes que Damon y yo vimos en las noticias el otro día, muertes que no causamos.

—Ok, estaremos atentos.

—Excelente ¿Tienes alguna noticia? —preguntó sugestivamente y yo sonreí rodando los ojos.

—No te hagas el tonto, seguro que Damon ya te contó todos los chismes.

—Sí, lo hizo. —admitió. —Me alegro de que tus emociones hayan regresado y de que hayas encontrado a tu pareja. —no necesitaba ver a mi padre para saber que estaba sonriendo.

—¡KOL! ¡TE MATARÉ Y ESPARCIRÉ TUS RESTOS MORTALES POR TODO EL MUNDO! —escuché la voz del tío Elijah gritando al otro lado de la línea.

—¡AYUDA! ¡HAY UN PISCOPATA BURGUÉS QUE TRATA DE MATARME! —gritó el tío Kol desesperado y terminé riendo junto con papá.

—¡DEJEN DE GRITAR Y DE PELEAR IDIOTAS! —se quejó la tía Bekah.

—Voy a mandar al ataúd a todos tus tíos para poder tener cinco minutos de paz en esta casa. —dijo papá divertido. —Adiós amor, te amo. —sonreí con su declaración.

—Hasta luego, papi. Te amo. —dije antes de colgar.

Puse mi celular en la mesita de noche y salí de la cama dirigiéndome al armario para ponerme el pijama. Tan pronto como salí del armario encontré a Jasper de espaldas parado frente a la ventana con su usual postura.

—Jazz... —me miró con ojos temerosos. —¿Esta todo bien? —pregunté preocupada acercándome a él.

—Sí. —dijo el rubio con una sonrisa triste. —Necesito decirte algo... sobre mi pasado. —habló con calma.

—Si se siente incómodo, no tiene que decírmelo, Mayor. —caminé hacia adelante y tiró de mí para sentarme a su lado en la cama.

—Quiero decírtelo. —empezó y yo entrelacé nuestros dedos consolándolo. —Nací en 1833 en Texas. Mi madre era muy buena persona, tan buena como Carlisle y Esme. Mi padre era un viejo alcohólico que todos los días nos pegaba a mi madre y a mí... —sus palabras me apretaron el corazón de solo imaginar lo que pasó en manos de ese bastardo. —Un día mi padre, Joseph Whitlock, llegó borracho y tarde en la noche como siempre... él y mi madre, Daphne Whitlock, discutieron y mi padre perdió el control y la golpeó hasta matarla. —sus ojos se llenaron de lágrimas que nunca caerían. —Vi todo a través del agujero en la pared de mi habitación, sabía que sería el próximo si no me iba en ese momento. Tomé el poco dinero que tenía y algunas pertenencias y las metí en una bolsa vieja, salí por la ventana de mi dormitorio al granero y huí en mi caballo. —el rubio dejó escapar un profundo suspiro y puse mis manos a ambos lados de su rostro.