𝑨𝑵𝑶𝑻𝑯𝑬𝑹 𝑳𝑶𝑽𝑬, 𝚓𝚊𝚜𝚙𝚎𝚛 𝚑.

xxxii. Mom's friend.

CAPÍTULO TREINTA Y DOS | AMIGO DE MAMÁ

STELLA MIKAELSON

—¿Quién es este amigo? —preguntó Russell entrecerrando los ojos en mi dirección.

—Es el hijo de Carlisle y quiere conocerte. —expliqué.

Han pasado dos semanas desde que Jasper y yo volvimos a estar juntos y desde entonces nos hemos estado viendo en secreto y siendo encubiertos por Alice, quién siempre mira hacia el futuro. He lanzado un hechizo que impide que Edward lea algo de los pensamientos del hada, que nos ayuda a pasar desapercibidos y Jasper intenta no pensar demasiado en mí cuando está cerca del telépata.

—¿Por qué tengo la impresión de que no es solo tu amigo? —volvió a preguntar Russell y yo rodé los ojos sonriendo.

—Estás imaginando cosas, hijo. —pasé la punta de mi dedo índice por su nariz, que tenía la punta enrojecida por el frío.

—No me gusta. —murmuró, cruzando los brazos.

—Ni siquiera lo has conocido todavía. —argumente. —¿O es que estás celoso? —provoqué.

—¡No estoy celoso! —refunfuñó de nuevo con el acento ruso estampado en su voz y apartó la mirada de la mía.

—¡Russ! —le llamé y me ignoró, continuando con un lindo puchero.

Lo abracé y llené su rostro de besos mientras le hacía cosquillas, el se reía sin poder mantener el ceño fruncido por mucho tiempo.

—¿Quién es el bebé de mamá? —pregunté, afinando la voz y él escondió su rostro en el hueco de mi cuello sonrojándose violentamente.

—¡No soy un bebé! —refunfuñó astutamente y yo sonreí.

—Claro que si.

—Estoy de acuerdo. —dijo papá apoyándose en el marco de la puerta de la habitación de Russell.

—¡Abuelo! —exclamó el pelirrojo corriendo a los brazos del híbrido.

Cuando le presenté a Russell a mi papá y a mis tíos todos lo amaron y desde entonces se ha convertido en el bebé de la familia, me temo que lo mimaron demasiado, pero no quiero dejar de mimarlo, así que no tengo nada de qué quejarme.

Me apoyé contra la pared y observé a mi padre jugar con su nieto adoptivo, sonriendo y esforzándose por interpretar correctamente su papel de pirata malvado.

¡Quién diría! De rudo a abuelo babeante.

[...]

—¿Estaba celoso? —preguntó Jasper divertido, poniendo sus fuertes brazos alrededor de mi cintura, pegando nuestros cuerpos aún más mientras le contaba cómo fue la reacción de Russell al saber que el mayor quería conocerlo.

—¡Sí! Pero después de un tiempo lo superó . —el rubio me sonrió como una de sus características sonrisas torcidas, y me robó un beso.

—Tal vez tiene una vaga idea de que soy un hombre muy posesivo que quiere robarle a su madre para tenerla solo para mí. —argumentó mostrando sus afilados colmillos y yo reí.

—Tendrás que vencer ese lado posesivo tuyo y dividirme. —besé su sonrisa.

—¡Vaya! Pero te quería solo para mí. —murmuró con picardía.

—Te ves lindo cuando hablas así. —apreté sus mejillas besando sus labios bien dibujados y muy tentadores.

—Y tú eres linda cuando no estás peleando conmigo. —respondió jugando con un mechón de mi cabello y yo rodé los ojos.