𝑨𝑵𝑶𝑻𝑯𝑬𝑹 𝑳𝑶𝑽𝑬, 𝚓𝚊𝚜𝚙𝚎𝚛 𝚑.

xxv. I'm a monster.

CAPÍTULO VEINTICINCO | SOY UN MONSTRUO

STELLA MIKAELSON

Russell saltó al sofá con Dean en su regazo jugando y corriendo por la habitación, Dean ahora era de tamaño completo y se convirtió en el mejor amigo de Russell. Sonreí viéndolos a los dos jugar con entusiasmo alrededor de la habitación mientras Damon estaba prácticamente en coma en el otro sofá.

El sonido de un poderoso motor invadió mis oídos y un conocido olor a ensalada de frutas invadió mi nariz, es el perfume de Alice Cullen. Rápidamente me levanté del sofá y palmeé a Damon en el hombro tratando de despertarlo.

—¡Damon!

—Hmm... —gruñó el vampiro con picardía y le di un fuerte golpe en el pecho haciendo que abriera los ojos y se levantara al instante. —¡¿Qué?! —refunfuñó masajeando el lugar.

—Alice viene hacia aquí y necesito que lleves a Russell arriba. —dije rápidamente al escuchar que el auto se acercaba más y más.

Había otro olor en el auto además de Alice y no era de ninguno de los otros Cullen, a juzgar por el fuerte olor diría que es un hombre.

Damon asintió y recogió a Russell distrayéndolo con sus juegos y lo llevó al último piso de la casa, no tenía miedo de que Alice atacara al niño pero sí de que le tuviera miedo al vampiro.

Segundos después el auto de la psíquica se estacionó frente a mi mansión y abrí la puerta principal, Alice salió del auto a una velocidad sobrenatural y corrió a abrazarme prácticamente aplastándome entre sus delgados y pequeños brazos.

—¡Stella! Te extrañé mucho. —confesó la vampiro mientras le devolvía el abrazo.

—Yo también. —dije y nos separamos. —¿Qué sucedió? —pregunté directamente viendo la cara afligida del hada.

—Hola, yo también existo. —habló un hombre de cabello oscuro detrás de Alice, no había notado que había bajado del auto.

—¿Quién es el bicho raro? —pregunté.

—Daniel McCall, es amigo de Jasper. —explicó el hada.

Miré al hombre de arriba abajo con sospecha, su cabello era castaño, ojos color miel, piel extremadamente blanca y corazón sin ningún ruido.

Hice espacio para que los dos entraran a la casa y Ali miró rápidamente a su alrededor con inquietud y una mirada ansiosa en sus ojos. Crucé los brazos por debajo de mis pechos y enfrenté al hada.

—Empieza a cantar pajarito. —dije impaciente temiendo la razón por la que Alice vino a Forks.

—Es Jasper... —comenzó y en ese mismo momento un escalofrío me recorrió la espalda. —Desde que rompiste no lleva muy bien las cosas, casi no habla, ya no dibuja y rara vez sale a cazar. Hace tres días perdió el control y... terminó matando a mucha gente. —confesó y tragué saliva. —Las muertes llamaron la atención de los Vulturi y ahora Aro lo juzgará. —concluyó y yo abrí los ojos con horror.

Mi Mayor...

—Alice ¿Qué significa eso? —pregunté, temerosa de su respuesta.

—Que será juzgado y condenado a muerte. —su respuesta fue la que más temía haciéndome estremecer de pies a cabeza. —Tu familia es la que está por encima de los Vulturi y solo tú puedes salvarlo. —dijo con los ojos llenos de lágrimas que nunca caerían. —Por favor ayúdame, no puedo perder a mi hermano. —rogó y yo asentí sintiendo que mi corazón se encogía solo ante la idea de que matarían a Jasper.