𝑨𝑵𝑶𝑻𝑯𝑬𝑹 𝑳𝑶𝑽𝑬, 𝚓𝚊𝚜𝚙𝚎𝚛 𝚑.

xiv. Need you.

CAPÍTULO CATORCE | TE NECESITO

STELLA MIKAELSON

Habían pasado unos días desde que tuvimos una pequeña "reunión" en la mansión de los Cullen para hablar sobre la relación de Edward con la humana. Carlisle está preocupado por los Vulturi si se enteran de la conexión con la humana, pero no sabe que los Vulturi son meros peones en los juegos de mi padre.

Dean es un poco más grande ahora y ha estado poniendo los pelos de punta a Damon siempre rasgando una pieza de la ropa del vampiro. Katherine llamó hace dos días y dijo que estaba bien.

Después de que Jasper me contó sobre su pasado, muchas cosas comenzaron a hacerme sentir, como la forma en que se inquieta cuando está rodeado de demasiados humanos o la forma en que pone cara de dolor cuando está entre multitudes.

Salí de mis pensamientos cuando sentí unos fuertes brazos rodeando mi cintura y llenando mi rostro de besos haciéndome sonreír.

—Buenos días, mon amour. —susurró el mayor en mi oído provocando escalofríos por todo mi cuerpo.

—Será un día aún mejor si terminamos en mi cama. —respondí con malicia y el rubio sonrió dándome un largo beso.

—Esme quiere que Damon y tú almorcéis hoy en nuestra casa. —comentó, poniendo su brazo alrededor de mi cintura mientras caminábamos hacia sus hermanos.

—¿Esme puede cocinar? —le pregunté. —¡Un vampiro frío que no ha comido durante siglos y sabe cocinar! ¡Esto es nuevo! —comenté irónicamente y terminamos riendo juntos.

[...]

—No puedo leer tu mente. —comentó Edward mirándome.

—Qué suerte la tuya. —respondí irónicamente bebiendo el refresco que tomé de la charola intacta de Jasper.

—Eso no tiene sentido. —el telépata nos señaló a Damon y a mí.

Estábamos en un descanso y hablábamos de cosas al azar mientras la humana obsesionada con Edward nos miraba como si fuéramos obras de arte.

Realmente soy una obra de arte.

—Creo que alguien aquí se está volviendo loco. —comentó Emmett sugestivamente y Scott contuvo una carcajada.

—¿Por qué no puedo leer la mente de ustedes dos? —preguntó el telépata mirándome de nuevo y señalando a Damon.

—No puedes leer la mia porque soy hechicera y no puedes leer el de Damon por el anillo que lo protege del sol y en consecuencia interfiere con su señal. —expliqué.

—Nunca pensé en eso. —comentó Emm.

—¿Desde cuando sabes pensar? —preguntó Jasper con sarcasmo haciendo reír a todos menos al grandote.

—Le diré a mamá. —Emmett se quejó malhumorado.

—¡Bebé llorón! —se burló el mayor, Emm gruñó enojado, mientras que yo escondía mi rostro en el hueco del cuello de Jazz tratando de contener la risa.

—¡Niños! ¡Vivo con niños! —comentó Rosalie rodando los ojos.

—¿Qué opinas de saltarte los dos últimos períodos? —susurré cerca del oído de su oído.

—Lo haremos. —estuvo totalmente de acuerdo.

Le lancé las llaves del auto a Damon y le guiñé un ojo al Salvatore antes de irme junto con el rubio más sexy de la escuela.