—¿A dónde vas? —me preguntó Rouse, cargando con la escalera que minutos antes necesitaba.
Calum ya estaba al otro lado del jardín, subiéndose a su vehículo a la espera de que fuera tras él.
—Debo ir a hacer algunas diligencias. Vendré enseguida —dije avanzando lejos de ella—. ¡Te dejó a ti el arco!
Ella asintió, mientras me veía extrañada. Troté hacia el estacionamiento y me embarqué en el asiento del copiloto junto a él.
—No puedo creer que en verdad vaya a hacerlo —le dije sorprendida por la revelación de sus planes.
—Me tomo este tipo de desafíos muy en serio —declaró, encendiendo el motor.
—Entonces me veo en la obligación de supervisarlo, señor Oswald.
—Calum —corrigió nuevamente—. Y yo te llamaré Lena.
—Bien —asentí, abrochándome el cinturón de seguridad.
Sin más, emprendimos rumbo a nuestro siguiente destino. Obviamente, era un secreto entre nosotros dos, ya que su hermana no tenía ni idea de lo que él estaba a punto de hacer.
Quince minutos después nos adentramos a Howe Street, deteniéndonos justo delante de la academia de baile. Sí, Calum en verdad iba a tomar clases y me había traído con él para que pudiese estar pendiente de su aprendizaje. Al ser el padrino de bodas, una de sus tantas misiones era poder estar presente en el primer vals junto a su hermana.
Nos bajamos del auto, avanzando hacia la academia en donde nos esperaba el instructor de baile.
—Aquí está, señor Oswald. Es un gusto conocerlo —lo saludó un hombre de unos cuarenta años, quien al parecer era el maestro en todo el salón.
La música lenta llenaba nuestros oídos, mientras varias parejas se encontraban alrededor, moviéndose al compás del ritmo lento y suave.
—El gusto también es mío —contestó Calum, luciendo incómodo.
Sonreí levemente, notando como su rostro demostraba que esta no era su área artística y que de ser posible, saldría corriendo lejos. Al menos estaba haciendo el sacrificio por su hermana y eso era algo que también me tranquilizaba a mí.
—Me alegro de que haya traído una compañera, las parejas ya están listas —apuntó, y la mirada de ambos hombres se desviaron hacia mí.
¿Ah, qué? ¿Cómo dijo?
—Vengan por acá —Nos guio a ambos, y fui arrastrada junto a Calum hacia el centro de la pista.
—Yo no... —intenté decirle que en realidad no necesitaba la clase, pero el instructor no estaba prestándome atención en lo absoluto.
Antes de que pudiese rechistar, él tomó la palabra llamando la atención de todos sus alumnos, incluyéndonos.
—Bienvenidos a esta primera sesión de vals en donde aprenderán a bailar con elegancia.
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La boda de mis pesadillas ✔️
RomancePlanear bodas es el día a día de Lena, y esa boda en particular debía ser solo una más, pero se convirtió en su mayor pesadilla cuando descubrió que el novio era su ex, el mismo que la dejó abandonada en el altar.
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