—No puedo creer que sea la única a quien se le encogió la ropa —dije, observando como mi hermosa blusa de seda ahora parecía más una ombliguera al dejar a la vista mi abdomen. La secadora había hecho su trabajo al reducir su tamaño.
—Lo siento, en serio... —Calum no había dejado de reírse de mí—. Pero no te queda mal...
—Realmente no disfruto estar con el ombligo al aire porque ya pasaron mis tiempos de usar ese tipo de outfits —fruncí los labios.
—Hablas como si tuvieras cuarenta años —dijo divertido.
—Soy como un imán para la mala suerte —suspiré—. Hoy no es mi día. Primero las abejas, luego la caída a la laguna, y ahora mi ropa. De aquí a la noche probablemente me habrán abducido o seré atacada por un animal salvaje —dramaticé.
—Venga, con suerte cuando lleguemos, las abejas ya habrán desaparecido del jardín. Así que será un problema menos para ti.
—Eso espero —miré hacia la ventana, notando que ya íbamos llegando al jardín.
Habíamos desaparecido por dos horas, mi celular estaba completamente muerto debido al impacto contra el agua y no tenía ni idea de si habían podido deshacerse del enjambre, pero esperaba lo mejor.
Bueno, al menos no cayó un meteorito mientras no estuve, así que...
—¿Dónde estabas? —preguntó Rouse quien parecía estar alterada debido a mi ausencia—. Estuve buscándote y no me contestabas el celular —reclamó.
—Ocurrió un pequeño percance, pero ya estoy devuelta ¿ya quitaron el enjambre? —pregunté avanzando a su lado.
Calum nos seguía a un lado y la mirada de Rouse pasó a ser acusadora. De seguro estaba pensando cosas extrañas que me reprocharía en la oficina. Sin embargo, por ahora lo dejó pasar.
—Sí, están en eso todavía y tuvimos que mover algunos arreglos de flores —señaló—. Pero eso no es lo único importante aquí —respiró hondo antes de continuar, ya que mantenía un trote constante junto a nosotros—. Ellie me llamó...
—¿Ah sí? ¿Qué pasó? —le miré preocupada al notar que su tono de voz cambió.
—Al parecer la luna de miel no está siendo taaaan acaramelada como pensaba —reveló.
—¿Por qué? —arrugué las cejas.
—Dijo que Liam se la pasa bebiendo... —hizo una mueca con sus labios—. Y anda de mal humor. Trata de creer que es por los nervios antes de la boda, pero... no sé si realmente sea eso.
—Ese idiota —dijimos Calum y yo al unísono.
Nos miramos por inercia, pero actué como si no hubiese dicho nada. Obviamente, él no estaba enterado acerca de mi odio hacia Liam y tampoco podía decírselo.
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La boda de mis pesadillas ✔️
RomancePlanear bodas es el día a día de Lena, y esa boda en particular debía ser solo una más, pero se convirtió en su mayor pesadilla cuando descubrió que el novio era su ex, el mismo que la dejó abandonada en el altar.
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