Liam y Ellie estaban a punto de tomar el avión rumbo a Italia para pasar su luna de miel por adelantado.
Desde la última vez que nos vimos, no volvimos a cruzar palabra ni mirada alguna hasta hoy, ya que tuvimos que reunirnos para terminar de acordar las últimas indicaciones antes de que se marcharan al aeropuerto.
Luego de eso, fue como si mi cuerpo al fin encontrara el relajo que necesitaba. Obviamente, debíamos comenzar a movernos para dejar todo listo antes de su regreso, sin embargo, me sentía aliviada de no tener que verlos por un buen tiempo.
Según lo acordado, las amigas de Ellie se encargarían de la despedida de soltera y Calum de la de Liam. Además, aún debíamos preparar todo para la cena de ensayo antes de la boda, ya que ese día llegarían la gran mayoría de los familiares de Ellie.
Así que ahora que contábamos con todos los muebles, debíamos comenzar la decoración siguiendo los diseños que Rouse había hecho.
Para una boda de 150 invitados, necesitábamos arreglar muuuchos asientos. Obviamente, Ellie no quería sillas comunes para la ceremonia, por lo que tuvimos que encargar muebles personalizados para poder decorarlos al gusto de ella.
—Las sillas deben llevar lazos en dorado que vayan por encima de la tela que los cubre —indicó Rouse al resto del equipo.
Yo debía ir por el pastel de bodas para poder encargarlo. Sin embargo, Ellie no había sido clara respecto a eso. Solo dijo que no quería nada de frutos secos ni fondant, pero en cuanto a sabor, tipo de diseño y tamaño, no tenía ni idea.
—¿Por qué no le pides ayuda a su madre? —me dijo Rouse—. Ella te dirá que tipo de pastel le gusta a su hija.
—Sí, eso haré —asentí marcándole a su celular, sin embargo, me pasó al buzón de inmediato con un mensaje que indicaba que estaba en el spa.
Entonces no me quedó más remedio que acudir a la siguiente persona en mi lista; Calum.
Y no podía negar que desde ya me sentía nerviosa por hablar con él porque al escuchar su voz, mi cuerpo vibraba de manera automática.
—¿De vuelta a las llamadas, Lena? —contestó desatando esas sensaciones que ya conocía.
—Así es señor Os... Calum —corregí de inmediato—. Lo llamaba para poder solicitar su ayuda.
—Dígame.
—Debo ir a la pastelería para comprar el pastel de bodas de su hermana. Pero necesito la ayuda de un experto para escogerlo y usted ha sido seleccionado para esa misión. ¿Vendría conmigo? —pregunté en tono de súplica.
—¿A qué hora paso por usted? —dijo sin dudar.
Celebré en mi foto interno, sin poder esconder la sonrisa que se curvó en mis labios.
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La boda de mis pesadillas ✔️
RomancePlanear bodas es el día a día de Lena, y esa boda en particular debía ser solo una más, pero se convirtió en su mayor pesadilla cuando descubrió que el novio era su ex, el mismo que la dejó abandonada en el altar.
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