¿Y si la realidad va más allá de lo que vemos?
Maia Marlow no lo sabe, pero es de las pocas personas capaz de viajar entre realidades alternativas. Un día cualquiera, unos agentes del servicio de inteligencia la encontrarán y le asignarán una misión...
Para cuando Maia logró calmarse, el sol ya había comenzado a ocultarse entre los rascacielos. Le dolía la cabeza con intensidad, como si alguien la hubiera golpeado hasta dejarla desmayada en el suelo. Lo cierto era que el llanto la había desgarrado por dentro.
Quemado todos los recuerdos, porque ahora los sentía demasiado.
En un callejón, lloró por el rechazo de su padre, o por el padre que esperaba encontrar y no lo hizo. Lloró por la ausencia de las caricias de Jon, de las miradas misteriosas de la agente Fisher y de los consuelos de Max, aunque fuera culpa suya que ahora se encontrase sola en una realidad alternativa desconocida. Lloró de desorientación, de agotamiento y del esfuerzo que había tenido que hacer en las últimas horas. Pero, sobre todo, lloró por las decisiones que había tomado durante las últimas semanas.
No quería estar ahí.
Así que, en cuanto se lo dijo a sí misma, reunió las últimas fuerzas que le quedaban. Detuvo las lágrimas, se frotó los ojos y caminó hasta su segundo y último destino: Malcom Moore.
Pues aquel no era su mundo.
--------------
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
