Me acosté con mi esposo. Es un pensamiento razonable, en realidad bastante lógico. Donghae quería creer que lo era, abre los ojos y lo primero que ve es el techo de una habitación que obviamente no era suya, después siente algo pesado sobre su vientre y finalmente el aroma de un perfume ajeno. Gira el rostro lentamente a un lado hasta ver a Hyukjae, durmiendo tranquilamente, su respiración era calmada y su rostro se veía tranquilo.
El más joven se incorpora sorprendido sin saber que pasa, lo último que recuerda es que estaba buscando una bebida, que se encontró a Hyukjae, se besaron y...¿Y luego? Se queda quieto, como si cualquier cosa que haga empeore las cosas, pero ¿Acaso se podrían empeorar? Juguetea con el labio mordisqueando sin saber que pasa, tal vez el otro tampoco lo recuerde.
Se sienta con cuidado en la cama, trata de no moverse demasiado para no despertar a su acompañante, la suave tela de las sabanas se sienten bien contra su piel y...¿Por qué no lleva ropa interior? Trae su camiseta de pijama pero nada más, siente el edredón contra la piel desnuda de su regazo y glúteos. No podía pasar lo que se estaba imaginando ¿Cierto? No estaba adolorido o sensible.
Paseo la mirada por la habitación, sus ojos castaños escudriñaron lo mejor posible desde su lugar, tratando de dar con sus pantalones, al no verlos se planteo si sería prudente levantarse desnudo, pero antes de llegar a una conclusión sus ojos se detuvieron en una botella de lo que parecía champán y estaba abierta, entonces vio las copas, una estaba sobre la cómoda y la otra en la mesilla cerca de la puerta.
—¿A dónde vas?
—¡Ahhh!—Grito del susto. Donghae se giro para ver a Hyukjae con una sonrisa que no parecía demasiado desvergonzada, incluso un atisbo de diversión se reflejaba en la curvatuta de los gruesos labios.
—Hueles bien—Dice en un murmuró su esposo, los ojos oscuros de este lo ven aún algo adormilados.
—¿Qué hicimos?—Pregunta Donghae aún sin moverse, junta las rodillas y fija la vista en la puerta, mientras sus mejillas se sienten más acaloradas.—¿Lo hicimos?—Rectifica la pregunta, siente los nervios en el estómago, la palma de las manos le cosquillean, acompañado de una sensación en la mandíbula.
—Las pases—Responde con simpleza el mayor, lo escucha removerse a su lado, luego la respiración de este en su cuello.
—¿Ah, sí?—Susurra sin atreverse a girar la mirada, puede ver de reojo la piel blanca y suave del mayor, demasiado cerca, demasiado tentativa. Su corazón late con más fuerza, casi lo siente en la garganta.
Una mano lo toma de la mejilla, hace que gire el rostro hasta estar frente a frente, sus labios se rozan, en un beso apenas perceptible que se escapa con rapidez, después siente el toque en la mejilla y luego en el cuello, los gruesos y pomposos labios rosados están húmedos contra los propios. Aprieta los ojos mientras su cuerpo se eriza. Escucha pasos y cree que solo es el zumbido de sus oídos hasta que la puerta se abre.
—¿Cómo que tuviste problemas con tu sue...?—La voz femenina se detiene. Donghae dirige la mirada a la puerta, donde una mujer se queda quieta y muda, en silencio total mientras luce como una estatua.
—¡Madre!—Hyukjae saca la cabeza de su cuello, ve a la mujer confuso y sorprendido.
—¿Madre?—Repite Donghae con la voz en un hilo completamente sorprendido. Ve a ambos sin saber que hacer, entonces se da cuenta de la situación. Están casados, en una cama, y Hyukjae no lleva camiseta y él...
—Yo no...—La mujer se ve sorprendida pero más que nada curiosa, no por ellos sino por la situación en si.
Donghae toma el borde del edredón y lo jala hasta cubrirse con el, trata con todas sus fuerzas no esconderse bajo las sabanas.
—Veo que arreglaron sus diferencias—Dice por fin mientras les da la espalda, camina de regreso a la puerta y la cierra, no sin antes agregar—Los veo en el desayuno, o almuerzo.—Después de ello un largo silencio.
—Ahora sabes lo que yo sentí cuando vi al primer ministro bajar del avión.—Una risa suave sale con las palabras de Hyukjae. Quien esta muy divertido por la escena.
—¿Qué hago en tu cama?—Pregunta de nuevo el castaño. Se siente ligeramente mareado, con una pequeña molestia en la cabeza, como un dolor que apenas va a comenzar.
—Brindamos porque hicimos las pases, querías consumar el matrimonio y comenzaste a quitarte la ropa, te detuve claramente. Estabas bastante entusiasmado por la idea de sellar el trato de paz en la cama—Explica Hyukjae con toda la calma del mundo, se deja caer contra las almohadas mientras espera que Donghae diga algo, pero esta en silencio.—En serio lo siento, por como me he comportado—Hace una pausa antes de agregar—Y si lo hubiéramos hecho, en definitiva ya lo sabrías.
—¿Me viste desnudo?—Pregunta el más joven, ignorando las últimas palabras.
—No—Responde con simpleza, el silencio se extiende entre ambos, volviéndose cada segundo más y más incómodo.
—Yo voy a...—Donghae se dispone a bajarse de la cama e irse a su dormitorio del cual no piensa poner un pie fuera mientras su suegra esté ahí.
—Es enserió, mi disculpa y el intentarlo es enserió.—Donghae se gira algo confundido pero Hyukjae prosigue—Me pediste que te trate como mi esposo y eso es lo que haré. Después de los tres meses comienza lo más difícil, estaré a tu lado. Trataré de ser un buen esposo—Hyukjae le besa la frente y se levanta de la cama para desaparecer en el cuarto de baño, dejando a un castaño sorprendido. ¿Qué le dijo borracho?
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Taeyeon estaba rebuscando entre las cosas de JongWoon, revisaba cada folder, cada memoria y cada carpeta en busca de las dichosas fotos. Se supone que ella las iba a tomar y desaparecer, después alguien entraría a "robar" para que pareciera que las fotos se perdieron en el atraco, pero no estaban por ningún lado.
Escucho la puerta principal y de inmediato se apresuró a salir, fue a sentarse en la sala mientras intentaba verse natural, pero para su sorpresa no fue JongWoon el que entró, sino Ji-Yong. Lucía adormilado y cansado, su cabello rojizo ahora era de un rubio con reflejos rosados, traía una chaqueta varias tallas más grandes que la que usaría, unos jeans de mezclilla y sus calcetines blancos, las botas estaban a lado de la puerta.
—¿Qué haces aquí?—Pregunta. Más que nada sorprendida, el chico ríe divertido.
—Vivo aquí—Explica mientras se deja caer frente a Tae.
—A veces realmente me cuestiono si lo haces o eres un fantasma que paga renta.—La rubia ríe tomando el control y encendiendo la televisión.
—Sí fuera un fantasma creeme que no pagaría alquiler.—Le dedica un guiño mientras se estira como gato perezoso. Tae está a punto de preguntar donde a estado las últimas semanas cuando las noticias en la televisión les roba toda la atención.
—"...Hyukjae y Lee Donghae, el hijo del primer ministro solo se casaron por una razón ¿Negocios? Las fotografías reveladas por el periodista Kim JongWoon muestran a la pareja peleando y agrediendose en lo que sería su luna de miel..."—La conductora continua hablando y agregando más sal a la herida, ese era un chisme grande y realmente grave.
Taeyeon y Ji-Yong se pusieron de pie al mismo tiempo al oír el nombre de su compañero de habitación. Ambos conocían a los Lee, ambos estaban relacionados con ellos y sabían el alcance de su influencia, así como lo que eran capaces de hacer. Esa noticia era un regalo para los opositores y competencia de ambas familias, ya que podian alegar que el primer ministro vende a su hijo por relaciones públicas, entonces la opinión popular caería, solo era una pieza y todo se iba en efecto domino. Las personas frente a la televisión sabían las posibles consecuencias, pero ninguno sabía del otro, Ji-Yong no sabía que Taeyeon era la agricultora del plantío subterráneo y ella no sabia que Ji-Yong era la pareja del segundo hijo del primer ministro. Y JongWoon estaba en la boca del lobo, sin siquiera sospecharlo.
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El Tigre De Plata
FanfictionCuando el peligro se acerca, hay cosas que se deben de hacer para mantenerlo lejos, muchos creen que la sangre y el dinero son las respuestas pero una boda soluciona mucho. Dos mafias uniéndose en una sola para eliminar al enemigo, será una gran ali...