Recaer. El avanzar con pasos seguros, repitiéndote a ti mismo que lo lograras solo para que al final te desplomaras y cayeras al fondo para golpear mas duro que la ultima vez. Donghae había tenido varias recaídas, en una de esas su padre lo llevó casi inconsciente al hospital, el joven castaño no recuerda mucho además del regresar a casa.
El volver a la rutina diaria, con las mismas personas era un tipo de detonante. Como si se asfixiara, como si estuviera atrapado en la misma rutina que lo llevaba a la autodestrucción.
Por ello su padre lo caso, después de recuperarse por sexta vez, de mantenerse sobrio, creyó que casarlo sería una buena decisión. Se alejaría de su familia, de la vida que conocía y los escenarios a los que estaba acostumbrado. Estaría con una persona nueva con quien podría alejarse de las situaciones que lo llevaban a recaer.
Cuando el primer ministro vio la noticia donde decían que vendió a su hijo solo por negocios se sintió enfermo, era verdad que esa boda tenía mucho en juego, pero también era consciente de cómo Donghae necesitaba algo nuevo, con urgencia. Su hijo debía formar una nueva vida que no lo llevara a tropezar una y otra ves. El matrimonio con Lee Hyukjae era una buena opción, además de que estaría a salvo.
Lee Seung-yeon tomó el teléfono de su escritorio y marcó, espero pacientemente hasta que la voz de la ahora, abogada familiar, le respondió. Se escuchaba tensa y agitada, no tenía razón para no estarlo.
—Señor...—Llama desde el otro lado pero él de inmediato la interrumpe.
—¿Quién publicó la nota?—Pregunta mientras sus ojos pasean entre las letras, siendo escandalosas. El ya había hablado con su hijo y yerno, había un tipo de trato, ahora solo debían de preocuparse por ello, no por lo que dijera la prensa.
—Un periodista que al parecer estuvo de vacaciones en el mismo lugar que ellos y los vio, aún investigamos...
—Averigua si fue coincidencia o los estaba siguiendo.—Ordena con firmeza mientras se deja caer contra el respaldo de la silla.
—Sí, señor...
—Solo diles que hagan la publicación en redes y el comunicado de prensa. No queremos darle importancia para que no crean que es grave.—La voz del hombre se escucha agotada de cierta forma.
—De acuerdo, señor. Sobre el periodista...
—Solo haz lo que te pedí, ya después actuaremos más acorde a sus actos pero por ahora hay que ser cuidadosos ¿Entendido?—Young responde "Sí, señor" antes de colgar. El primer ministro respira y trata de tranquilizarse, hay mucho sobre la mesa por lo que estar bajo el ojo público no es. una opción, que las miradas estén sobre ellos es lo que menos necesitan. Un perfil bajo y discreto es lo mejor, la boda fue mucho para que ahora surga esto.
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Donghae estaba confundido, más bien completamente perdido. Después del pequeño choque de lo que fue la boda y pasar a tener una vida de casado llegó a un punto en el que no sabe que hacer. Literalmente.
Su esposo estaba en su despacho atendiendo negocios y él, bueno, el estaba ahí sentado en la sala de estar con la televisión encendida sin saber que hacer o mirar, llevaba una enorme camiseta con un adorable oso y calzoncillos, no se sentía de ánimos para algo mas. Se dejó caer de lado en el sofá y cerró los ojos. El ocio no le hacía bien, estar demasiado tiempo sobrepasando las cosas lo llevaban a cierta ansiedad de necesitar algo. Pero se había alejado de ese "algo" hace ya un tiempo por lo que debía de mantenerse así.
Pensó en otro cigarrillo, pero dejar una adicción por otra no era sano, en absoluto. Sentía como la palma de las manos le comenzaban a cosquillear, propagándose con una sensación molesta. Apretó los labios y se llevó las manos al rostro, no quería recaer. No podía hacerlo, llevaba demasiado tiempo sobrio como para volver a empezar. Por unos segundos pensó en comida, pero si tenía un atracón iba a vomitar, solo encontraba soluciones que traían problemas.
Su cerebro necesitaba dopamina que viniera de alguna droga, lo que necesitaba era un... Lo pensó por casi diez segundos, lo medito por otros cinco y llegó a la conclusión de que él se lo dijo, que lo trataría como a un esposo, y lo que necesita en ese momento era lo que hacían los esposos. Se dio una palmada en la frente por no haber pensado en ello anteriormente.
Se levantó del sofá completamente decidido pero al primer paso se tropezó con sus propios pies, hasta que logró mantener el equilibrio. Estaba casi sudando frío, recordó la sensación de sus propios dedos contra sus encías y sacudió la cabeza para no pensar en ello ahora iba en busca de otra solución, camino hasta el despacho con la meta fija en la mente. Abrió la puerta sin molestarse en tocar, ve a Lee Hyukjae alzar la vista confundido de los papeles regados descuidadamente sobre el escritorio, frunce el ceño y separa los labios listo para decirle algo pero Donghae no le da tiempo, ahora sus pasos son firmes, resonando en el piso de madera solo hasta que llega a la soluciónde su problema. Rodea el escritorio, y se abalanza sobre su señor esposo, acomodándose como koala sobre su regazo y le besa. Le come la boca con ganas, desesperado, como si fuese la última gota de agua en medio del desierto. Hunde los dedos en la piel de sus hombros, jadea cuando le envuelve las manos en su cintura. Termina sentado sobre el, con sus piernas colgando sobre el posabrazos y una hábil lengua entre sus labios.
Donghae olvida su primer mal encuentro, los inconvenientes que tenía y la "amiga" lo que le importa en ese momento es saciar esa ansiedad que le carcome y reemplazarla por algo más, que después de mucho a encontrado. Hyukjae se levanta, alzandolo en el proceso, solo para dejarlo sobre el escritorio, hundirse entre sus piernas y poder estar más cómodos.
Donghae no quiere pensar en nada, esta al borde de la desesperación, solo quiere paz. Quiere sentirse feliz, calmar el dolor y la molestia, un poco de dopamine en su cerebro. Sorprendentemente los besos húmedos, las manos ajenas, el calor del momento y la creciente excitación entre sus piernas son la descarga de neurotransmisores que necesita.
Pero quizá ese es el primer paso del autoengaño para no aceptar que ese matrimonio falso, quizá no lo es del todo. A veces es tan fácil engañarse a uno mismo.
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El Tigre De Plata
FanfictionCuando el peligro se acerca, hay cosas que se deben de hacer para mantenerlo lejos, muchos creen que la sangre y el dinero son las respuestas pero una boda soluciona mucho. Dos mafias uniéndose en una sola para eliminar al enemigo, será una gran ali...