Capítulo 5

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Trato. Esa es la principal razón por la cual están ahí, no fue un papel firmado y mucho menos ante la ley, fue un acuerdo teniendo como garantía la palabra del otro. El padre de Lee Hyukjae fue quien arreglo su matrimonio, el hombre lo organizo y cerró el trato y no se quejo. Habían escogido al más joven de los Lee por razones simples, a Lee Donghwa solo le gustaban las mujeres, Seung-hyun tenía una relación bastante discreta y escondida, Amber estaba fuera del negocio en el extranjero, se respetaba esa decisión, así que estaba el joven Donghae. Tampoco es como si fuese el premio de consolación, era un chico joven, hermoso, energético y jodidamente mimado. Lo peor de todo, era su tipo.

Hyukjae no creía tener un tipo, no buscaba a cierto tipo de personas y sus parejas jamás tuvieron rasgos físicos en común, aún así Donghae tenía todo lo que le gustaba. Era pequeño y delgado pero no tanto, tenía muslos gruesos y rellenos, los bíceps marcados, hombros ligeramente amplios, piel bronceada y el cabello castaño largo. Acababa de salir de la ducha después de su tarde en la piscina, traía las hebras del cabello húmedas, al igual que la piel y para cerrar, el maldito mocoso tenía un buen culo, precioso en realidad, redondo, grande y respingado, quería morderlo especialmente porque sólo llevaba puesto unos calzoncillos y una bata de tela transparente, abrochado con un par de listones al frente.

—¿Desde cuando eres amigo de un policía? —Pregunta curioso, le da un trago a su bebida en espera de una respuesta que obviamente será difícil de obtener.

—¿Cuál es el problema? Trabaja para Jung—Dice con simpleza dejándose caer en el sofá del frente.

—¿Hubieras preferido un matrimonio con él?

—¿Estas celoso? Que lindo— Ríe con burla y sigue sin responder la pregunta.

—Solo quiero saber que tan agrande es la posibilidad, si tomamos en cuenta tu temperamento—Sonríe de lado poniéndose de pie, rodea la mesa de centro y camina hasta donde está su joven esposo.

—¿La posibilidad de que? ¿De que me fugue con él? La única razón por la cual acepte este matrimonio es por los beneficios que me da, a mi padre le ayuda así que a mi también.—El castaño mueve el pie por la parte interna de la pierna de Hyukjae, deslizando la punta de los dedos lentamente hacia arriba.—¿Sí lo haría mi amante? Eso suena más...lógico—Esa sonrisa de lado que promete problemas aparece de nuevo, acompañada de brillo malicioso en la mirada.

—¿Crees que me sentaré a ver como las notas aparecen una tras otra?—Hyukjae se inclina hacia el cajón a lado del sofá, abriéndolo para tomar el arma. El rostro de Donghae cambia a uno de cautela, sabe que no le va a disparar, eso solo traería problemas pero...—Abre la boca—Ordena el mayor acercando la punta lentamente a sus labios.

—No soy una de tus...

La frase no termina porque la pistola es empujada entre sus labios, siente la boca de fuego tocar su garganta y los labios chocar con el guardamonte. Hyukjae toma con la mano libre una de sus piernas colocándola en el posabrazos del sillón y empuja el otro para que haga lo mismo, coloca las manos en sus rodillas. Quieto.

Donghae era muchas cosas pero sabia cuando ser obediente, como cuando su padre le dio una orden por primera vez "¡Cásate!" No tenía planeado obedecer a su esposo, pero tenía un arma en la boca, no sabía si estaba o no cargada o si estaba el seguro, pero el solo hecho de saber lo que podía pasar lo mantenía inmóvil y caliente, maldita sea. Hyukjae apoyo su rodilla en el sofá, empujando entre sus piernas, tocando con descaro su miembro sensible.

—Realmente tengo que ponerte un arma para que cooperes.—Concluye con esa sonrisa triunfante en los gruesos labios.

Siente como saca la pistola de su boca lentamente solo para volverla a empujar dentro, una y otra vez, simulando una felacion. Era demasiado humillante para pensar, sus ojos estaban fijos en el rostro ajeno, en la seriedad en que hacía las cosas, como si solo cocinara la cena.

Los labios le comienzan a doler al igual que la garganta, esta sudando mientras su pene se sigue endureciendo y el mayor empuja el arma dentro de su boca con más rapides hasta que sus quejidos se vuelven más altos y escandalosos. Cuando finalmente la saca, húmeda y goteando por su saliva, Donghae aún tiene la sensación de que esta en la boca.

—Te enseñaré como se comporta un buen esposo—La voz de Hyukjae es serena, casi melodiosa, le acaricia la mejilla con tanto cuidado que no parece que le acaba de follar la boca con un arma de fuego, posiblemente cargada.

—No me interesa ser un buen esposo—Reniega con las respiración agitada y un cosquilleo familiar en el vientre bajo, quiere ser serio pero solo le tiembla la voz.

Hyukjae se quita la camiseta tirandola lejos, el castaño puede ver el tatuaje del cuello pero aún no sabe lo que es, hay otro en su vientre de lado izquierdo que se pierde en la cinturilla del pantalón.

—No te preocupes, lo miraras completo—Sonríe de lado, a la vez que pasa el arma por su cuello y el pecho, bajando lentamente hasta su vientre, al llegar a su miembro presiona la punta contra este haciendo que Donghae jadeara.

—¡Déjame!—Gime demasiado agudo, esta a punto de correrse si sigue moviendo la rodilla contra su entrepierna, pero no lo hace. Aleja el arma y su cuerpo, alza la vista para verlo caminar hacia la barra donde deja el arma, le saca el cargador pero no ve donde lo guarda.

—Dijiste que a mi edad no se me para—Hyukjae sonríe de lado al ver las mejillas rosas y la mirada sorprendida del joven castaño—Vamos a ver si esa boquita tuya puede hacer algo más que hablar ¡De rodillas! Y no pienses en morder o no te correrás hasta que regresemos del viaje. No me gustan los niños malcriados así que te tendré que corregir, así sea a nalgadas—Sonríe al ver la mirada desafiante del menor pero aún más cuando lo ve arrodillarse.

No iba a ser fácil, lo sabía pero mientras tuviera una erección entre las piernas, Lee Donghae parecía ser...obediente, casi hasta le caía bien.

El Tigre De PlataDonde viven las historias. Descúbrelo ahora