Psycho Love - JenLisa G!P (Sick of love)

Capítulo 16

—Y quiero que dejes de llamarla "Moonlight" o "Sofi"— ordenó Jennie y asentí mientras jugaba con su estómago desnudo —Y tampoco quiero que seas su amiga— alcé mí mirada rápidamente y negué. —Lisa…

—Jen, ella es mi amiga. No hará nada… por favor— dije, mirándola con ojos de cachorrito lastimado.

Talvez así ella deje de pensar mal de Sofía, ella es mi amiga pero Jennie no piensa lo mismo.

—Lisa, ella no es lo que piensas— me dijo enojada.

—¡Ella es mí amiga! Así mismo como Yeji, Momo y Jisoo— me levanté de la cama y comencé a recoger mí ropa y ponerme está rápidamente. Hablaría con ella cuando su enojo se apague, ahora mismo, ni el sexo la calmó.

—Lisa— dijo en tono de advertencia.

No le hice caso, salí de su departamento y no fui al mío, si no que salí por ahí sin detenerme ni un segundo. De la nada sentí como lágrimas caían por mis mejillas, me senté en un banco de un parque. Sinceramente, no se porque lloro, me estoy volviendo esquizofrénica…

—¿Lisa?— Preguntó la linda voz de Sofía.

— Sofía— Susurré.

—Oh, Sunshine. ¿Que pasó? Ayer estabas de lo más feliz— dijo ella, sentándose a mi lado y sobando mi espalda.

—Es Jennie. Se siente tan celosa que no quiere que estamos cerca— le dije.

Ella lo pensó un poco y cuando me miró a los ojos, supe que lo que diría no me gustaría absolutamente nada de nada.

—Entonces tendrás que hacer algo— me tensé, cuando ella dijo eso. ¿Que podría hacer?

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—Nay, gracias por ayudarme— le dije abrazando a Nayeon suavemente. —Te quiero mucho, amiga.

—Lisa…— Susurró. —Yo no te quiero— ésto me asustó. —Yo te amo— eso me asustó aún más.

Ella me besó. ¡Pero ella sabía que Jennie era mí novia! Le empujé. —¿Que carajos te pasa, Nayeon?— Pregunté enojada.

Ella rió. —No me pasa nada. Sólo te necesito a ti— sentí un pinchazo en mí cuello. Pero no fue Nayeon por qué ella estaba riendo y tenía sus manos a los lados.

Alguien más estaba en mí casa.

Y lo confirmé cuando escuché una risa muy conocida y ahí fue cuando capté.

Fue lo último que supe antes de caer al piso y todo estar negro.

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Desperté lentamente, intenté levantarme pero no pude. Estaba atada. Pero aún así no podía sentir mis brazos ni piernas.

Miré el cuarto dónde estaba, sólo estaba yo, una silla y una mesita cerca de la puerta.

—Hola, Lis— saludó Nayeon alegre.

—¿Hola, Lis? ¿¡Que mierda te pasa?! ¡Sacame de aquí!— grité enojada mientras intentaba safarme de la silla.

—No. No hice tanta tontería sólo para dejarte ir. Aquí te quedarás, mi preciosa Lili— ella besó mis labios y se quejó cuando la mordí. —Todo lo que hice, fue por estar contigo. Todo lo que hicimos.

La miré sin entender. —No puede ser— río. —Lo tonta y lenta hizo que nunca te des cuenta sobre las cosas.

Y todo se unió. —Fuiste tú— Susurré con dolor.

—No sólo fui yo— ella rió como loca mientras la puerta se abría.

¿Aisha?

—Hola, Lalisa.

—Mira. Nosotras matamos a Dahyun, a Tzuyu, a Nancy— dijo. —Pero, Nosotras sólo le dimos retoque. Ellas ya estaban muertas cuando las vimos. Queríamos oir como lloraban por su vida pero no sé pudo— agregó Aisha con una tristeza falsa.

Pero, sí ellas ya estaban muertas, ¿quién las mató antes? Preguntas rondaban por mi cabeza y no sabía cómo responderlas, incluso, apenas las estaba procesando.

—¿Por qué haces ésto, Nayeon? Creí que eras mí amiga— dije, casi llorando.

—Por que te amo. Y con Jennie cerca, nunca lograría nada contigo— dijo Nayeon.

—¿Y así crees que con ésto lograrás hacer que te ame? Estás loca— le dije con odio.

Miré a aisha buscando una respuesta. —Ella mató a mí hermana— la miré sin entender y ella rodó los ojos. —Jennie. Esa mujer siempre a sido una loca. Jennie se obsesionó con Onda y ella no quería nada con esa puta. Jennie, su padre y su madre la obligaron. Onda no quiso nada así que Jennie la mató. Así que, quería hacer sufrir a Jennie. ¿Y que mejor forma que quitándole al amor de su vida y dejando que se case con otra?

¿Jennie?

—Jennie no mataría a nadie— dije segura. —Ustedes están locas.

Aisha río. —¿En serio no me crees, Lili?— dijo burlona. —Jennie me envió un audio cuando la mató, vamos, escúchalo.

La miré enojada. —¿No vas a hacerlo tú? Ok— ella encendió el audio y escuché la voz de Jennie por toda la habitación. Sentí impotencia.

—yo…— no supe que decir y me negué a creer que Jennie había echo eso.

—Ella es una Psicópata, Lisa— me dijo Aisha y negué rápidamente. —¡Que si lo es!— me gritó, antes de golpearme.

—Oye— Nayeon la detuvo. —Eso no iba en el trato. No la golpees, Aisha.

—Bien. Iré a hacer de comer, quédate con tú amorcito. Ya te traigo agua— dijo con burla al verme.

Aisha se fue y Nayeon me miró con ternura. —Tranquila, amor. Sólo es cuestión de que me ames y todo estará bien, tú mamá lo estará, Tranquila, Lis.

—No sé que hice para merecer esto. Nunca creí que serías una loca— suspiré y la miré con odio.

—Yo te merezco. No esa perra de Jennie. Aguanté mucho mirando como te besabas con esa estúpida. A quien debías besar era mi, no a ella, Lisa.

—No sé que hice para tener que estar aquí contigo, Nayeon.

La puerta se volvió abrir y Aisha llegó con un vaso de agua. —Uh, quizás, terminar con la vida de tú padre— dijo y luego río.

Fruncí mis cejas. —Oh, Lisa. No te hagas la loca, sabemos que lo hiciste. Hasta Jennie lo vió. Lo íbamos a matar nosotras cuando te vimos, incluso Jennie iba por un vaso de agua cuando te vió.

Rodé los ojos. —El era una mala persona. No merecía vivir. Debió sufrir más antes de morir— dije, sin sentir ningún remordimiento.

—Lo sabíamos. Por eso mismo te dejamos— Aisha salió.

—Eres muy buena limpiando escenas del crimen. Me encantó la pose en la que lo pusiste y tú forma de terminar con su vida— Nayeon me sonrió dulcemente y plantó un beso en mis labios. La miré con asco. —No me hagas muecas, tú y yo somos iguales.

Negué. —Mentira.

—Lis, has matado a tú padre. Te convierte en una asesina— Susurró en mí oído.

—Soy una asesina, ¿Y qué?— ya me tenía harta.

Sí, maté a ese Estúpido de mí padre. Ni que fuera para tanto; simplemente lo planee bien y intenté no dejar rastro de que yo lo hice. Y, me salió perfecto; muy perfecto como para ser mí primer asesinato.

Me dolió ver a mamá destrozada, pero lo quería muerto; ya.