🌹..Todo y nada..🥀

(XIV)

Stolas miraba con preocupación y algo de decepción por la ventana, avia querido gritarle varias verdades a Lucian pero al final no pudo, hace tiempo que quería irse de ese lugar pero como cada miembro de su familia debía velar por que los tratos se cumplieran, su familia se avia dedicado a eso por generaciones pero él no quería seguir haciéndolo, paso años viendo como mucha gente se arruinaba la vida con aquellos tratos con demonios y otros seres que traían más desgracia que ayuda, y Lucian se volvió parte de ese grupo, era tanto su odio a las creencias de su familia que no quería que su hija formará parte de ello, por eso la avia mantenido al margen de todo, y por eso Stella avia muerto, para salvar a su pequeña polluela, el también avia hecho sacrificios como padre pero Lucian era otro punto y aparte.
La limusina llegó a un gran edificio que parecía un templo por fuera, pero eso sólo era mera fachada para que nadie se preguntará que había dentro, un hombre de traje negro lo recibió con una reverencia, Stolas entró sin mirarlo siquiera sólo se adentró pasando la pequeña misa que se llevaba a cabo, las velas negras iluminaban algunas imágenes y pergaminos que colgaban en las paredes, muchos de ellos pintados y trazados con sangre.

—Stolas hermano mío  que tal a ido todo con tu ahijado —dijo su hermano de sangre con una pequeña sonrisa.

—Lucian está cada vez más perdido —dijo sentándose frente al escritorio.

—Alastor no suele hacer tratos con nadie, entiendo que quiera divertirse un poco —se burló mientras se sentaba del otro lado del escritorio.

Stolas no se reía y no veía la gracia en eso.

—tranquilo hermano, después de todo deberías estar contento, después de esto serás libre de nosotros —le aplaudió —es bueno saber que el sacrificio de Stella no fue en vano.

Stolas no dijo nada sólo dejo el papel con la información necesaria para que fuera archivada.

—es una lástima ya no tenerte más con nosotros, siempre fuiste el mejor padrino de todos.

—ya puedes dejar de lado la hipocresía, estas más que feliz de que me valla —se levantó y le dio la espalda a su hermano.

—que bueno que padre no este vivo para ver la decepción en la que te has convertido, murió en vano.

Stolas salió del lugar que anteriormente dirigía, no volvería a ese lugar maldito lo que le quedaba de vida.

///

Harold  descansaba sobre el amplio asiento de la limusina mientras su hermana hablaba de cada chisme que avia escuchado en el club, ella era la que le avia contado sobre el encuentro de Charlie, tal vez pudo aver escuchado todo el relato por el simple morbo de imaginar a Charlie en esas posiciones y gimiendo pero cada que mencionaba los rasgos de aquel sujeto el encanto se perdía y una ira cresia en su interior, Hellsa también lo avia contado a toda la escuela, que la esperan ansiosos, ya que el hecho de que su padre no la dejara asistir avia avivado más aquellos rumores, a él ya no le importaba lo que se hablará de ella, o lo que dirían de él pues en poco andaría en los clubes más caros y sofisticados de la ciudad y el mundo.

—¿Crees que esa zorra aparezca en la terminación? —pregunto Hellsa mientras veía sus uñas barnisadas.

—tal vez, aunque dudo que Lucian la deje salir ahora.

—¿a qué te refieres?,¿sabes algo de ella que yo no? —dijo mirándolo fijamente.

Harold se maldecia por su gran bocota, no podría sacarse de encima a su hermana hasta decirle, y si Lucian se enteraba podría perder su oportunidad de oro.

—no es nada, no le tomes importancia— dijo para que su hermana dejara de molestarle.

Hellsa se cruzó de brazos y miro por la ventana, pasaron de largo la entrada de la Universidad ya que ellos entrarían al estacionamiento por la parte de atrás, pero antes de alejarse alcanzó a ver como un taxi se detenía en la entrada y de él salía una rubia de largo cabello, esa era Charlie, una ligera sonrisa apareció  en sus labios.