Emily
Moira se había quedado sin palabras cuando le confesé que mi condición no era cualquier condición. Era una de las peores condiciones que, para mi alivio, tenía cura. Muchas condiciones aún no tienen curas, pero al menos la mía, sí lo tenía.
Era de esperarse. Estaba acostumbrada a que las personas reaccionaran de esa manera. Con incredulidad y sorpresa.
—Emily... dime que lo que has dicho no es cierto. Dime que es una broma, por favor.
—Sabes que no mentiría con algo así. Es demasiado delicado como para bromear —añadí.
—¡Dios mío, Emily!
—Llevo en una lista de espera mucho tiempo. Al menos sé que, mi único pulmón, está bastante saludable. Eso me consulto a doctora hace 4 meses.
Tener una condición respiratoria, no era anda fácil; y mucho menos tener un solo pulmón desde hacía 2 años.
En ese tiempo, la empresa tomo una pausa de 4 meses para la reparación de las facilidades. Y fue el momento en donde mis problemas respiratorios comenzaron a empeorar.
Una lista muy grande de medicamentos que tenía que adquirir mensualmente, ya que no tenía un plan médico que me cubriera.
—Tengo muchos medicamentos, pero sin duda, el más costoso de todos, es el tanque de oxígeno.
—¿Hasta ahí has tenido que llegar?
—Lamentablemente, sí. Hay noches que me toca dormir con ese tanque de oxígeno. No te niego que a veces siento que no voy a despertar. Y es cuando me toca tomar mis medicamentos naturales para la ansiedad. Porque estos pensamientos llegan a causa de la ansiedad. Y Harrison no ayuda en nada con eso.
—Entonces, ¿fue exactamente por eso que has renunciado?
—Sí. Mi salud es primero. Además, que no lo soportaba más... Si tal vez hubiera tenido otra actitud, lo más seguro no hubiera renunciado, pero como jefe... Ya sabes mi respuesta.
—Respeto mucho tu decisión de renunciar, pero... si te dijera que el jefe está dispuesto a pedirte una disculpa y comenzar de cero, ¿aceptarías?
—Las disculpas tal vez, pero no podría comenzar algo que nunca comenzó.
—Solo piénsalo. En tu condición, generar dinero te ayudará a tus medicamentos. Además... Quiero que sepas que, él le pregunto a todo el equipo de diseño si estaban dispuestos a trabajar contigo. No crees que es señal de que tal vez se sienta mal o tal vez este arrepentido de la forma en la que te trató. Acepto frente a todos que tenías mucho talento. Algo que impresiono a todo en la sala. Pero lo vi demasiado sincero. Estaba tranquilo. Sin malas caras.
—Aun así, es difícil de creer lo que dices. Conociendo cómo es él. Demasiado bueno para ser cierto.
—Al menos piénsalo, Emily. No pierdes nada con analizarlo un poco. El está dispuesto a negociar con tal de que regreses a la empresa.
*****
Me levanté de la cama demasiado pensativa. La conversación con Moira me había dejado muy confundida. Estuve casi toda la noche pensando y pensando en cada palabra, que me negaba a creer que fuese cierto. Él nunca cambiaba de opinión. ¿Qué demonios había sucedido como para que cambiara de opinión? Todo era demasiado confuso. ¿Pedir disculpas? No, tenía que ser una broma. Jamás me pediría una disculpa. Su orgullo ridículo no se lo permitía. Un completo engreído. Primero él. Segundo él. Y tercero él. ¿Decir que era muy talentosa? Acaso, ¿se había golpeado la cabeza? ¡No comprendo absolutamente nada! A este paso, me volvía loca. Ni tan siquiera Lina le consideraría la salta de mentiras que había dicho, supuestamente. Estaba segura de que lo había hecho solo para que el personal no comenzara a hablar cosas de él por los pasillos; aunque le valía lo que dijeran de él. Mientras más atención le daban, más protagonismo.
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Querido Lee (Versión DongHae)
RomanceEmily es una mujer con un gran sueño, pero sobre todo, y más importante que ello, un gran anhelo personal y con sentido de urgencia. Emily trabaja como la asistente personal del famosísimo DongHae Lee; hijo de la diseñadora de modas, Sandra Lee. S...